Los disturbios que sacudieron Paiporta el pasado domingo durante la visita de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, así como del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, desataron una oleada de indignación entre ciudadanos y figuras públicas. La protesta, que se tornó violenta, incluyó el lanzamiento de barro, piedras y otros objetos hacia los representantes del gobierno, llevando a la evacuación de Pedro Sánchez por motivos de seguridad.

Las investigaciones iniciales sugieren que algunos de los manifestantes podían estar ligados a grupos de ultraderecha. Entre ellos, se identificó a individuos que portaban camisetas en homenaje a la División Azul, lo que ha elevado las tensiones políticas aún más. Los disturbios en Paiporta se consideran la expresión de un profundo descontento popular hacia lo que muchos ven como una gestión incompetente de la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó la región.

En medio de la confrontación mediática, el actor y ex político Toni Cantó, quien participó en la emisión de Espejo Público desde Valencia, se mostró indignado por la respuesta del gobierno a la crisis, describiendo la situación como un desastre manejado “salvajemente”. Cantó, quien se encontraba a solo cinco manzanas del epicentro de los incidentes, relató que muchos habitantes estaban desamparados y clamaban por ayuda.

La discusión entre Gonzalo Miró y Cantó se tornó tensa cuando este último reprendió al Gobierno por su falta de respuesta. Miró, presente en el plató, contraatacó mencionando la evidencia de la participación de grupos de ultraderecha en los disturbios, sugiriendo que la indignación de los ciudadanos era una respuesta válida debido a la falta de recursos y apoyo gubernamental.

Cantó, sin embargo, se opuso a las afirmaciones sobre grupos extremistas, defendiendo que aquellos asistentes eran voluntarios y denunciando la actuación del Gobierno como una victimización de la situación. En este sentido, dijo: “Pedro Sánchez salió corriendo, mientras que Felipe VI se quedó a enfrentar la situación.”

El cruce de palabras reveló no solo la frustración de los ciudadanos, sino también el desgaste de la política en tiempos de crisis. Miró insistió en que la violencia y el caos en la protesta no pueden ser ignorados, recordando que los líderes políticos deben actuar de manera responsable y no simplemente esperar ser linchados por la furia popular.

La tensión en el programa de televisión pusó en evidencia cómo una crisis puede intensificar divisiones y a la vez resaltar la urgencia de una gestión efectiva en situaciones de emergencia. Este episodio en Paiporta es indicativo de un creciente descontento en la sociedad, que busca accountability y soluciones tangibles frente a las crisis que afectan sus vidas.