Todo comenzó en el minuto 30 de la primera mitad, cuando Vinicius se enojó ante un empujón de Barrenechea dentro del área que el árbitro Soto Grado no consideró penalti. Hasta ese momento, el brasileño se mostraba relativamente tranquilo, ignorando los cánticos irreverentes de la afición, que coreaba ‘Vinicius, Balón de Playa’, así como otros insultos habituales en Mestalla, un estadio que ha tenido una notable historia de hostilidad hacia él. Aunque las ofensas racistas parecen haber disminuido desde hace dos años, los insultos como 'tonto' no deberían ser tolerados en el ámbito del deporte, pero parecen estar normalizados en el fútbol.

La reacción de la afición no es excusa para la actitud de Vinicius, quien después de ese incidente no se calmó y comenzó a protestar de manera constante al árbitro. Esto no es algo nuevo para él: una y otra vez pide tarjetas amarillas para los rivales, aunque él mismo ha sido objeto de faltas contundentes. Su tendencia a discutir y a reaccionar exageradamente provoca situaciones de tensión que no benefician ni al equipo ni a su imagen. Durante un momento, incluso tuvo un altercado verbal con el colegiado al ser expulsado, lo que no es aceptable, incluso si la decisión es discutible.

Recordemos que hace un año, tras una victoria del Madrid sobre el Barcelona en la Supercopa de España, Vinicius admitió que su actitud debía mejorar. Sin embargo, un año después parece haber retrocedido, repitiendo gestos provocativos como mostrarle a la afición de Mestalla que deberían descender a Segunda, una acción que va en contra de los valores que representa el club.

El futuro inmediato de Vinicius está en el aire. El entrenador Carlo Ancelotti podría decidir si lo alinea en el próximo encuentro de la Copa ante la Deportiva Minera. Sin embargo, el Comité de Competición se reunirá para evaluar la situación del jugador tras la roja mostrada en Mestalla, y parece probable que Vinicius no vista la camiseta blanca en los dos próximos partidos de Liga.

La redacción del acta de Soto Grado ha generado mucha controversia. Después de revisar la jugada en el monitor, preguntó al árbitro del VAR, Muñiz Ruiz, si el balón estaba detenido. La respuesta fue afirmativa. Sin embargo, durante la acción, Soto Grado no estaba mirando directamente el incidente entre Vinicius y Dimitrievski, y entonces recibió la indicación de que se invalidara la jugada por fuera de juego. En su acta, Soto Grado escribió que Vinicius fue expulsado por golpear a un adversario de forma deliberada y que el balón no estaba en disputa, lo que ha llevado a un mar de confusiones y discusiones sobre la decisión.

La situación se ha convertido en un nuevo capítulo de controversia para el jugador, y el debate sobre su comportamiento en el campo y la reacción de la afición se intensifica. ¿Logrará Vinicius encontrar la forma de manejar la presión y su temperamento en los próximos partidos? ¡No te pierdas lo que vendrá!