Un verdadero drama político ha tenido lugar en Las Corts Valencianes, donde los diputados de la izquierda han abandonado el hemiciclo en medio del candente debate sobre inmigración. Este suceso se produjo durante la réplica del Partido Popular (PP) a Vox, lo que ha intensificado las tensiones entre las fuerzas políticas en un momento crítico.

La situación estalló cuando la diputada del PP, Lucía Peral, comenzó su intervención acusando al gobierno de Pedro Sánchez de dejar de lado sus responsabilidades en materia de política migratoria, un manejo que está en manos del Gobierno central según la Constitución. Este ataque se formuló en respuesta a las controvertidas propuestas de Vox, las cuales el PP ha manifestado que no respaldará.

Los partidos de izquierda, representados por el PSPV y Compromís, denunciaron que la Junta de Portavoces había decidido que el PP tuviera un tiempo de respuesta desproporcionado, acaparando la mitad del tiempo en el debate. “Esto es una muestra de cómo la ultraderecha está influyendo en la política de nuestra comunidad”, señaló José Muñoz, portavoz del PSPV, quien además criticó la decisión de la presidenta de la Cámara, Llanos Massó, permitiendo que el PP dirija su discurso en contra del PSOE en lugar de responder a la oposición.

Joan Baldoví, portavoz de Compromís, se unió a la crítica, calificando el uso del tiempo de respuesta como “un fraude a la democracia”. Su alarmante acusación indica la transformación de Las Corts en una plataforma para el PP y Vox, donde la oposición se siente completamente despojada de sus derechos.

Desde el abandono de los diputados de izquierda, se han levantado voces que advierten sobre la erosión de la democracia en la comunidad Valenciana. “Si el PP continúa en esta línea de silencio y hostigamiento hacia la oposición, no dudaremos en llevar el caso al Tribunal Constitucional para defender las reglas democráticas”, afirmaron, dejando claro que la lucha por los derechos de la oposición recién comienza.

Este episodio no solo refleja una crisis dentro del parlamento valenciano, sino que también lanza un desafío directo a las políticas del Gobierno central sobre inmigración. La situación está lejos de resolverse, y la incertidumbre sobre futuras negociaciones continúa, haciendo de este un tema candente en la política española. La pregunta es: ¿Qué vendrá después en este intenso conflicto político?