Un reciente informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha sacudido el ámbito político español, revelando una versión completamente diferente sobre el controvertido viaje de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, a España en enero de 2020. Según este extenso documento de 233 páginas al que ha tenido acceso EL PAÍS, se ha documentado la implicación de Víctor Aldama, un personaje esencial en la trama de corrupción, quien organizó el viaje de Rodríguez, con la que mantenía una relación calificada como "estrecha" por las autoridades.

A pesar de que Rodríguez tenía prohibida la entrada a España debido a un acuerdo del Consejo de la Unión Europea, Aldama se las arregló para crear una agenda de cuatro días (del 19 al 22 de enero) en Madrid, que incluía encuentros con empresarios locales y, potencialmente, una reunión con Ábalos en su despacho. El cruce de mensajes revelados sugiere que Ábalos informó brevemente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la visita, sin embargo, se ha planteado la duda acerca de la veracidad de su comunicación, ya que no se constata que la empresa Duro Felguera haya recibido algún cobro de Venezuela.

El documento incluye un mensaje que Ábalos envió a Sánchez el 16 de enero de 2020, pocos días antes de la llegada de Rodríguez. En él, Ábalos menciona su intención de encontrarse con la vicepresidenta venezolana de manera "discreta", además de hacer referencia a la supuesta gestión que se había realizado con empresas españolas. Este intercambio de mensajes no solo desvela la intención de mantener la visita en secreto, sino que también refleja la naturaleza melancólica de Ábalos respecto a cómo lo perciben en el gobierno.

El encuentro entre Ábalos y Rodríguez ocurrió en el aeropuerto de Barajas; sin embargo, la vicepresidenta no salió de la terminal debido a las restricciones impuestas. Este encuentro desató una ola de críticas en el ámbito político y llevó el asunto a los tribunales, aunque el Tribunal Supremo finalmente archivó el caso al determinar que quebrantar los acuerdos europeos no constituyó un delito.

Además, el informe revela conversaciones posteriores a la divulgación del viaje, entre Rodríguez y Aldama, donde se menciona que Ábalos no estaba en su mejor día y que su posible dimisión podría ser inminente. La UCO también documenta imágenes de la agenda preparada para Rodríguez, que incluía vigilancia y protocolos de seguridad en su desplazamiento.

Los investigadores han establecido que el interés primordial por la visita de Rodríguez provenía de Aldama, quien tenía vínculos en el más alto nivel político y empresarial en Venezuela. Esto sugiere una compleja red de relaciones que podría involucrar la intermediación de Aldama en temas delicados, incluida la compraventa de oro venezolano, lo cual podría tener repercusiones que trascienden la política española.

La UCO concluye que Aldama podría haber revestido la visita de Rodríguez como un asunto de interés para el Ministerio de Transportes, mientras que sus propios intereses personales probablemente jugarían un papel fundamental en la trama. Este informe no solo plantea serias dudas sobre la ética y la transparencia en la política española, sino que también abre la puerta a una serie de preguntas sobre los límites de la diplomacia y la corrupción, llevando a muchos a cuestionarse: ¿Qué más se oculta en esta historia?