El vuelo a Lille y un recuerdo traumático

El Real Madrid realizó un viaje a Lille que aparentemente transcurrió sin incidentes, pero la historia de su vuelo se remonta a un evento traumático que marcó a muchos de sus pasajeros. Este pasado 30 de octubre de 2001, los jugadores se encontraban en Moscú, listos para un encuentro de la Champions contra el Lokomotiv. Sin embargo, la derrota por 2-0 fue solo el comienzo de una experiencia aterradora en el vuelo de regreso.

El grave incidente

Poco después de despegar, el capitán Jesús Aguilar tuvo que comunicar un grave incidente: "Señores, hemos sufrido el impacto de un ave en el motor izquierdo y debemos regresar inmediatamente". Este inesperado golpe provocó un humo alarmante en la cabina, y el pánico comenzó a apoderarse de los jugadores. Óscar Miñambres recuerda: "Sentimos un olor extraño y mucho humo saliendo de un ala. ¡Se había metido un pájaro!".

El pánico a bordo

En medio del caos, el delantero Fernando Morientes gritó aterrorizado: "¿Habéis visto esas llamas? ¿Habéis visto?". El miedo se apoderó de la aeronave, y el portero César Sánchez parecía particularmente afectado, mientras que Iván Helguera, quien ya tenía un miedo considerable a volar, optaba por estar en la cabina del piloto para sentirse más seguro.

Experiencias previas

Este no fue el primer susto aéreo para el equipo. Helguera había vivido una experiencia igualmente aterradora en septiembre de 2000, cuando el avión descendió bruscamente, llevando a la tripulación a una situación de pánico y a él al llanto descontrolado.

Reacciones de los directivos y la tripulación

El entonces director general del club, Jorge Valdano, también se mostró nervioso a su llegada: "Yo creo que la maniobra de regreso duró media hora, y me dicen que solo fueron diez minutos... esto sí fue miedo real". El capitán, por su parte, minimizó la gravedad del incidente, recordando que situaciones similares habían ocurrido antes y que ya estaba acostumbrado.

Impacto en el equipo

Este tipo de situaciones no solo afecta a los jugadores. Varios miembros del cuerpo técnico, incluido el preparador físico Javier Miñano, tuvieron reacciones físicas, vomitando por la tensión acumulada. Por lo tanto, el vuelo aparentemente tranquilo terminó convirtiéndose en una experiencia por la que ninguno de los involucrados podrá olvidar, resaltando la fragilidad de la confianza que muchos profesionales del deporte tienen en los vuelos.