El esperado derbi entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, correspondiente a LaLiga 2024/2025, vivió un momento de gran tensión el pasado fin de semana. El partido tuvo que ser suspendido durante varios minutos en el segundo tiempo debido a disturbios generados por la afición local en contra del portero visitante, Thibaut Courtois.

Todo comenzó en el minuto 64 cuando el defensa brasileño Eder Militao abrió el marcador para el Real Madrid, generando una explosión de alegría entre los aficionados merengues presentes en el Cívitas Metropolitano. Courtois, exjugador del Atlético, no pudo contener su emoción y celebró el gol dirigiéndose a la tribuna colchonera, lo que avivó aún más la animosidad entre las hinchadas.

Tras esta situación, el partido se reanudó, pero sólo 90 segundos después, Courtois se dirigió al árbitro Mateo Busquets Ferrer para señalarle que varios encendedores estaban siendo arrojados desde las gradas hacia el terreno de juego. A pesar de que el árbitro intentó continuar con el encuentro, el arquero belga mostró nuevamente los objetos peligrosos que seguían cayendo, lo que llevó a la decisión de suspender el partido temporalmente.

Los dos equipos se retiraron a los vestuarios mientras Diego Simeone, entrenador del Atlético, junto al capitán Koke y el defensa José María Giménez, hicieron un llamado a la afición desde el fondo norte para que cesaran los lanzamientos de objetos. La advertencia fue clara: cualquier incidente adicional podría provocar la suspensión total del derbi.

Después de cerca de 20 minutos de interrupción y a pesar del ambiente tenso que se vivía, el juego se reanudó con un saque de arco por parte de Courtois, quien, desde ese momento, enfrentó un ambiente hostil y fue abucheado cada vez que tocaba el balón. A pesar de las adversidades, el partido no registró mayores incidentes y culminó sin conflictos adicionales, aunque las imágenes de la afición y la tensión entre Courtois y los seguidores atléticos quedarán grabadas en la memoria de todos los presentes.

La situación ha reavivado el debate sobre la seguridad en los estadios y el comportamiento de los aficionados en partidos de alta tensión. Es evidente que el fútbol es una pasión que se vive intensamente, pero es vital que la diversión no se convierta en violencia y que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad de todos.