Un giro escalofriante ha tomado el caso del asesinato de Ana Henao. La justicia en Estados Unidos ha acusado a su exmarido, David Knezevich, quien se enfrenta a la posibilidad de recibir la pena de muerte. Este sorprendente desarrollo fue confirmado gracias a la labor del FBI y la Policía española, que han estado investigando este complejo caso.

Florida, el estado donde se lleva a cabo el juicio, no sólo es conocido por su clima cálido, sino que también es uno de los pocos lugares en EE.UU. que aún aplica la pena de muerte. Se prevé que el juicio de Knezevich comience el 10 de febrero de 2025, una fecha que ha sido aplazada en múltiples ocasiones. Paradójicamente, Donald Trump, quien asumirá la presidencia el 20 de enero, ha declarado su interés en revivir las ejecuciones de condenados a muerte.

La historia de la pareja, que vivió en Norteamérica antes del final de su matrimonio, da un giro trágico cuando Ana se muda a España en busca de una nueva vida. Fue en un apartamento alquilado en la calle Francisco Silvela, donde, según la Policía, se produjo el asesinato en la noche del 2 de febrero de 2024. Los investigadores sostienen que Knezevich acabó con la vida de Ana mediante asfixia, y que transportó su cuerpo en un viaje de regreso a Serbia, luego de alquilar un coche en Madrid.

Los análisis telefónicos demostraron que el acusado utilizó el celular de Ana para enviar mensajes con el fin de hacer creer a amigos y familiares que ella había decidido escapar. Este engaño fue descubierto cuando se rastrearon las señales de telefonía en varios países europeos por donde Knezevich transitó, lo que llevó al FBI a sospechar que probablemente desechó el cuerpo en el norte de Italia.

El 3 de febrero, tan solo unas horas después de la muerte de Ana, su celular registró múltiples llamadas, las cuales fueron detectadas a solo unos kilómetros de donde supuestamente se deshizo de su cuerpo. Esto ha llevado a las autoridades a explorar la posibilidad de que Knezevich estuvo en contacto con Ana en momentos críticos, intensificando las evidencias en su contra.

Las investigaciones apuntan a que el recorrido de Knezevich por Italia fue inusualmente lento, lo que ha suscitado más sospechas. Se estima que un viaje rutinario de la magnitud que realizó debería haber tomado alrededor de ocho horas; sin embargo, él tomó más de 27 horas. La policía está convencida de que tuvo tiempo suficiente para ocultar el cuerpo de Ana en algún lugar remoto.

Además de su coartada, se ha descubierto que Knezevich se mantuvo en contacto con su familia a través de WhatsApp, utilizando un número estadounidense. Esto plantea aún más dudas sobre su verdadera ubicación y sus intenciones durante y después de la desaparición de Ana.

Knezevich, que ha sostenido que jamás estuvo en España tras su arresto en el aeropuerto de Miami, se enfrenta a una montaña de evidencias que parecen poner fin a sus alegaciones. La trama se complica cada vez más mientras los investigadores siguen rastreando los últimos movimientos del sospechoso y desvelando verdades inquietantes detrás de la misteriosa desaparición de Ana Henao.

La comunidad está expectante y el juicio que se avecina promete ser uno de los más mediáticos en años, con la expectativa de que la justicia finalmente prevalezca en este horrendo caso.