Salud

¿Es posible que nuestros genes nos adviertan sobre el riesgo de cáncer de mama?

2024-09-30

Recientes hallazgos científicos han revelado que los genes heredados juegan un rol crucial en la identificación del tipo de cáncer de mama que una mujer podría desarrollar. Un estudio publicado en la revista *Science* ha demostrado que los genes determinan la visibilidad de los epítopos, proteínas que decoran la superficie de todas las células, incluidas las cancerosas. Estos epítopos actúan como letreros que indican a nuestro sistema inmunitario qué células deben ser atacadas.

La investigación, basada en datos de decenas de miles de pacientes, sugiere que los tumores con epítopos más evidentes son más susceptibles a ser detectados por el sistema inmunitario, lo que reduce sus probabilidades de convertirse en agresivos e invasivos. Si un tumor logra ocultarse de estas defensas inmunitarias, su riesgo de metastatizar es significativamente mayor.

Según la autora principal del estudio, Christina Curtis, del Instituto de Cáncer de la Universidad de Stanford, estos descubrimientos podrían revolucionar la forma en que se diagnostican y tratan los cánceres de mama en el futuro. Las mujeres que enfrenten un mayor riesgo debido a un sistema inmunitario menos reactivo podrían beneficiarse de pruebas de detección más frecuentes y de nuevos tratamientos, potencialmente salvando muchas vidas en el proceso.

El estudio subraya la necesidad de comprender mejor cómo las mutaciones genéticas contribuyen al desarrollo de tumores más agresivos. Michalina Janiszewska, del Instituto Scripps, resalta que entender qué mutaciones están detrás de estos tumores podría ser clave para predecir qué pacientes serán más vulnerables a la enfermedad.

La investigación también exploró cómo nuestro sistema inmunitario detecta el cáncer, subrayando que las mutaciones que convierten a las células en cáncer no son infrecuentes. Kornelia Polyak, del Instituto Oncológico Dana-Farber en Boston, destacó que el sistema inmunitario es eficaz en reconocer estas irregularidades, ya que está constantemente revisando los epítopos de las células.

Más allá de la genética, estudios anteriores han demostrado que el cáncer no es solo un producto del azar que ocurre solo durante la vida de una persona, sino que puede influenciarse por la herencia. Curtis, que ha investigado el cáncer colorrectal, encontró que incluso en sus primeras etapas, los tumores metástasicos presentan características celulares distintas que los hacen más propensos a volverse agresivos.

Por supuesto, las mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2 han sido asociadas con un alto riesgo de cáncer de mama, lo que pone de relieve la importancia de las pruebas genéticas en mujeres con antecedentes familiares. Sin embargo, hay muchas personas que, a pesar de no tener estas mutaciones, aún enfrentan un elevado riesgo de cáncer, lo que ha llevado a la comunidad científica a investigar más sobre la influencia de factores inmunitarios heredados.

El análisis de más de 6,000 tumores de mama ha demostrado que las variaciones en la carga de epítopos pueden proporcionar pistas sobre la agresividad del cáncer. Las mujeres con una mayor carga de epítopos tienen más probabilidades de detectar y eliminar las células cancerosas a tiempo, mientras que aquellas cuyos tumores escapan a la vigilancia inmunitaria corren un riesgo mayor de que su cáncer se vuelva agresivo y metastatizado.

Como resultado de estos hallazgos, se espera que el futuro de la prevención del cáncer de mama pueda beneficiarse significativamente. Las mujeres en riesgo podrían identificarse y recibir un mayor seguimiento médico, lo que podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte en algunos casos.

Curtis enfatiza que la comprensión de cómo se desarrolla el cáncer no solo es crucial para la detección temprana, sino también para la creación de tratamientos más específicos que se adapten a cada tipo de tumor. Se vislumbra la posibilidad de pruebas genéticas que puedan anticipar el riesgo de cáncer de mama, y a medida que se recupera más información, las estrategias de prevención y tratamiento se volverán más efectivas.

"Nuestra vigilancia actual es un poco irregular", cierra Curtis. "No estamos haciendo lo suficiente por las mujeres con elevado riesgo. Esto podría ser un grave error que costaría vidas".