Casi tres meses después de la devastadora dana del 29 de octubre, la situación en l'Alcúdia se ha vuelto alarmante. La red de alcantarillado y los colectores de numerosas localidades en la Ribera siguen atascados con barro, dejando a la comunidad al borde de nuevas inundaciones. Las autoridades locales están trabajando a marchas forzadas para prevenir desastres mayores con la llegada de más lluvias.

Hoy, las intensas precipitaciones han generado embalsamientos en múltiples calles de l'Alcúdia, obligando al alcalde, Andreu Salom, a advertir sobre la crisis del sistema de alcantarillado. "Hay tramos que todavía sufren serios problemas. Será imprescindible abrir algunas calles y construir nuevos colectores a corto plazo", indicó el primer edil en su intervención en el pleno.

Los habitantes de la localidad miran al cielo, esperando que las inclemencias del tiempo no vuelvan a inundar sus hogares. Tras semanas de luchas para recuperar la normalidad, la tensión es palpable en la comunidad. A pesar de que en algunas vías se han registrado grandes acumulaciones de agua, el consistorio ha desplegado tres brigadas municipales para mitigar la crisis y contener el agua.

Según información brindada por fuentes municipales, los equipos están utilizando bombas importantes a lo largo de toda la municipalidad en un esfuerzo por evitar una inundación masiva. A pesar de las elevadas cantidades de lluvia, los especialistas han conseguido trabajar en varias vías y prevenir que el agua anegue propiedades y garajes.

El ayuntamiento informa que cerca del 80% de los colectores están limpios, pero el mayor inconveniente radica en la red de alcantarillado, que está completamente obstruida. "La situación es crítica; en algunos lugares, el barro se ha endurecido, lo que hace imposible su remoción", lamentaron las autoridades locales. Están a la espera de una respuesta rápida por parte de administraciones superiores para limpiar la red. Se ha sugerido que en ciertos casos, será necesario "levantar algunas calles para abordar el problema".

La comunidad clama por solución inmediata y efectiva. La situación no solo afecta la infraestructura, sino que pone en peligro las vidas y la salud de los ciudadanos, que temen que el próximo aguacero pueda ser el colapso definitivo. ¡La pregunta está en el aire: ¿qué medidas tomarán las autoridades para enfrentar esta crisis antes de que sea demasiado tarde?