El príncipe Laurent de Bélgica ha salido en defensa de su hijo Aymeric tras su sorpresiva decisión de abandonar la Real Escuela Militar de Bruselas, lo que ha causado revuelo tanto en los medios como entre la opinión pública. Similar a la princesa Leonor de España, los jóvenes de la nobleza europea, como Ingrid Alexandra de Noruega, están en formación militar, lo que representa un reto significativo, especialmente para los más jóvenes.

Aymeric, de 18 años, se unió a la academia en agosto, pero ha enfrentado serias dificultades que llevaron a sus padres a actuar. El príncipe Laurent comentó al medio Het Laatste Nieuws: "Vimos que estaba pasando por un momento difícil. Y nosotros, sus padres, decidimos intervenir en su nombre". Las dificultades para adaptarse a un entorno tan exigente y la nostalgia por su novia Gersende han pesado en su decisión de abandonar.

El príncipe Laurent enfatiza que a Aymeric le sigue apasionando el ejército, pero la carga académica resultaba abrumadora, especialmente en matemáticas, donde enfrentó serias dificultades. "No es que sea un incompetente. Simplemente tenía problemas con la geometría y la trigonometría. En su escuela secundaria francesa, tenía cinco horas de matemáticas a la semana, mientras que en Saffraanberg pasó a tener 13 horas. Normalmente, solo se ingresa después de haber completado un séptimo año de especialización, cosa que él no hizo", explica Laurent.

El sentido de pertenencia de Aymeric a la academia era evidente; había hecho muchos amigos y se sentía como en casa. Pero el príncipe y su esposa temían que la presión académica pudiera desmotivarlo aún más. "No queríamos que se desmotivara. Todavía no lo estaba, pero lo sería si se quedaba allí. Muchos estudiantes ya habían abandonado, algunos incluso después del primer día de clases. Aymeric logró aguantar hasta las vacaciones de otoño", comenta Laurent con una mezcla de preocupación y apoyo.

La decisión de unirse a la academia es una tradición que se espera de miembros de la realeza, por lo que el abandono de Aymeric ha generado tantas preguntas. La presión que siente no es exclusiva de él; muchos jóvenes en su situación enfrentan presiones similares. Al final del día, lo que importa es el bienestar del príncipe joven, quien, por el momento, busca un camino más adecuado para él, lejos de las exigencias de Saffraanberg.