Mundo

El primer ministro francés lanza guiños a los socialistas sobre las pensiones mientras Méléchon planea una moción de censura

2025-01-14

Autor: Carmen

El discurso de política general, una ceremonia parlamentaria francesa, permite al primer ministro establecer los objetivos fundamentales de su gobierno al inicio de su mandato. Tradicionalmente, estos discursos suelen carecer de relevancia en los medios de comunicación, pero el de François Bayrou, programado para este martes, era particularmente anticipado. Deberá abordar la crucial cuestión de qué apoyos espera lograr y si está dispuesto a suspender, derogar o modificar la controvertida reforma de pensiones que se aprobó por decreto en 2023 y que ha generado un amplio rechazo entre los sindicatos y buena parte de la población.

Durante su intervención, Bayrou anunció un proceso de negociación limitado con la intención de revisar la reforma que extendió la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. "He decidido reabrir el debate con los actores sociales por un corto periodo de tiempo y en condiciones de transparencia", explicó desde la tribuna de la Asamblea Nacional.

También reveló que encargará al Tribunal de Cuentas una evaluación del estado de las finanzas del sistema de pensiones. "Es posible que busquemos una nueva vía de reforma, sin tabúes ni íconos. Ni siquiera la edad de jubilación, siempre que mantengamos el equilibrio financiero que todos buscamos", añadió.

Dada la fragmentación del parlamento francés tras las elecciones legislativas de junio, la continuidad de Bayrou depende de los partidos de oposición. En caso de una moción de censura, necesitará la abstención de la mayoría para sobrevivir. A diferencia de su predecesor, Michel Barnier, que no buscó diálogo con fuerzas progresistas, Bayrou intenta establecer mínimos acuerdos entre partidos centristas y conservadores, incluyendo también a socialistas, ecologistas y comunistas.

La semana pasada, el Partido Socialista presentó un documento con 40 propuestas, indicando que la suspensión o derogación de la reforma de pensiones es su prioridad. Sin embargo, tanto los macronistas como la derecha se oponen a esta idea, lo que pone a Bayrou en una posición delicada. "Ni suspensión ni derogación", afirmó el presidente del Senado, Gérard Larcher.

El discurso de Bayrou no sugiere la anulación completa de la reforma, sino que abre el espacio para un diálogo sobre su revisión. Otro punto destacado fue su interés en reformar el sistema electoral, buscando incorporar un componente de proporcionalidad en el voto, lo que podría alinearlo más con las demandas de los socialistas.

En medio de este contexto, el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, anunció la intención de presentar una moción de censura justo después del discurso de Bayrou. Sin embargo, hasta ahora, esta moción no ha generado gran preocupación en el Gobierno, dado que los votos de la extrema derecha, necesarios para su éxito, no están disponibles.

A pesar de esta calma aparente, Bayrou espera que la izquierda no vinculada a LFI (como socialistas y ecologistas) se abstenga en la votación de la moción. De particular importancia son los socialistas, quienes, con sus 66 diputados, podrían ser decisivos. Hasta el momento, el Partido Socialista no ha aclarado su posición, aunque su presidente en la Asamblea Nacional exigió más iniciativas de parte de Bayrou tras su discurso.

Olivier Faure, secretario general del PS, se mostró antes del debate más optimista, sugiriendo que podrían llegar a un acuerdo tras varias conversaciones con el Ejecutivo: "Estoy esperando cruzar la línea de meta", aseguró, añadiendo que se encuentra en camino a obtener concesiones notables.

Sin embargo, la postura de La Francia Insumisa es crítica ante cualquier acercamiento entre socialistas y otros partidos de la izquierda, considerando que es una traición al electorado. Además, la situación financiera de Francia, con un objetivo de reducir el déficit al 5.4% del PIB para 2025, se cierne como un factor restrictivo en el desarrollo de cualquier política significativa. Bayrou advirtió que "Francia nunca ha estado tan endeudada como ahora" y enfatizó que cualquier plan de recuperación debe considerar esta situación crítica.