El Partido Popular (PP) ha abierto este año con una fuerte acusación hacia Vox, señalando que el partido de extrema derecha está más enfocado en hacer oposición al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esta crítica surge en el contexto de la reciente suspensión de negociaciones presupuestarias por parte de Vox en algunas comunidades autónomas. La decisión de Vox se tomó el pasado diciembre, justo después de que el PP confirmara reuniones con el Gobierno central para tratar el reparto de menores inmigrantes, aunque dichas negociaciones resultaron infructuosas.

El portavoz del PP, Borja Sémper, quien no había ofrecido una rueda de prensa en Génova desde noviembre, ha enfatizado que tanto Vox como Sánchez comparten un enfoque dañino hacia su partido, especialmente en el ámbito de la inmigración. "Hay dos discursos irresponsables: el de Sánchez, que minimiza el impacto de la inmigración y el de Vox, que responsabiliza de todos los problemas a la inmigración", declaró.

Este conflicto se enmarca en un trasfondo de desavenencias en las negociaciones entre el PP y el Gobierno, ya que tras un acuerdo temporal para el reparto de menores migrantes en verano, Vox decidió romper esos acuerdos en un movimiento que dejó al PP en una posición complicada.

El PP busca establecer un diálogo con el Gobierno central sobre la ley de extranjería, ya que el ejecutivo busca reformar esta norma para establecer un mecanismo más sólido en la distribución de menores migrantes, evitando depender de acuerdos ad hoc como los de este verano. Sin embargo, Sémper ha hecho hincapié en que el Gobierno no puede esperar que el PP acepte todas sus propuestas sin cuestionarlas.

Además, Sémper ha dado un paso atrás en las críticas hacia su compañero de partido, Miguel Tellado, quien había señalado que el Gobierno tenía la intención de socavar el ejecutivo canario. En su lugar, Sémper ha calificado como "frívolo" el uso del tema migratorio por parte de Sánchez, acusándolo de esconderse detrás de una "pancarta".

Mientras tanto, en medio de este tira y afloja, la presidenta extremeña, María Guardiola, ha propuesto tramitar una ley impulsada por Vox que busca enterrar las políticas de memoria histórica, bajo el pretexto de promover leyes de concordia. Este movimiento ha sido visto como un intento de estrechar lazos entre el PP y Vox, buscando apoyo para futuros presupuestos.

Sémper ha respaldado esta iniciativa, afirmando que todo lo que involucre la idea de concordia y entendimiento es bien recibido por su partido, instando a los presidentes autonómicos a ofrecer "políticas sensatas" y a construir puentes en lugar de muros. En un mundo político tan dividido, el eco de estas palabras podría tener un efecto significativo en las próximas negociaciones y en la percepción pública de ambos partidos.

Con estas tensiones en el aire, ¿logrará Vox transformar su postura para enfocarse más en el Gobierno que en su ex socio? ¡La lucha política está lejos de finalizar!