¡El Papa Francisco hace historia con su visita a Córcega! Un mensaje de fe y esperanza en la isla mediterránea
2024-12-15
Autor: Carmen
En un evento sin precedentes, el Papa Francisco realizó la primera visita papal a la majestuosa isla de Córcega, Francia, el pasado domingo, resaltando la importancia de un laicismo dinámico que destaca la fe popular en una región con profundas raíces religiosas.
A tan solo dos días de cumplir 88 años, el Papa se mostró enérgico y relajado, a pesar de lucir un moretón de una reciente caída. Durante su tiempo en Córcega, hizo énfasis en el papel fundamental de la fe en la vida cotidiana de los habitantes de la isla, a quienes instó a "hacer hijos", asegurando que estos representan el futuro y la felicidad de la comunidad.
El pontífice, conocido como 'Francesc' en corso, participó en una conferencia sobre religiosidad popular donde expuso su visión de una secularidad que evoluciona y se adapta, promoviendo la colaboración entre las autoridades civiles y eclesiásticas para fomentar una 'ciudadanía constructiva'. Su mensaje se enfocó en que las expresiones de fe, como procesiones y oraciones comunitarias, son esenciales para el bienestar social y religioso de Córcega.
La visita, que duró solo unas nueve horas, incluyó un encuentro con el presidente francés Emmanuel Macron, donde discutieron temas de relevancia mundial, como la paz en el Medio Oriente y Ucrania, resaltando su compromiso con la jerarquía y los problemas globales. La presencia del Papa fue recibida con entusiasmo por miles de fieles que se alinearon para ver a Su Santidad, muchos de ellos en trajes tradicionales corsos, deleitando a todos con su música local.
Uno de los momentos más simbólicos se dio en la catedral del siglo XVII de Santa Maria Assunta, donde el Papa se detuvo ante la estatua de la Maddunuccia, la Virgen que, según las creencias locales, protegió a la isla de la peste en 1656. Córcega es reconocida por su fuerte devoción, con 92 cofradías activas, que trabajan de la mano con las autoridades civiles en iniciativas de caridad y religiosas.
René Colombani, un joven asistente, expresó: "Esta es una oportunidad única, puede que no volvamos a tener a un Papa aquí en muchos años, y queríamos ser parte de este momento histórico". La atmósfera de la visita estaba impregnada de fervor popular, iluminada por la alegría de la comunidad y su profundo compromiso con la fe.
La estadía del Papa en Córcega fue todo menos ordinaria; su mensaje resonó fuertemente en una isla que, aunque parte de Francia, se distingue por su identidad cultural y religiosa. Como una de las pocas visitas papales en territorio francés, este evento marcó un hito y establece un precedente para futuras interacciones entre la Iglesia y la comunidad corsa. La visibilidad que recibió su sermón y la atenta escucha de sus palabras son un testimonio claro de la necesidad de un diálogo constante entre la religión y la sociedad, más relevante que nunca en los tiempos de incertidumbre que atraviesa el mundo.