Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco ha lanzado un contundente mensaje esta mañana a los confesores de la Basílica de San Pedro, instándolos a practicar un perdón incondicional: “Perdonadlo todo, todo. Hagan esto siempre: ¡perdonen todo!”. Esta fuerte exhortación fue realizada durante un encuentro en la Sala del Consistorio del Vaticano, donde resaltó la importancia de estos sacerdotes en el ministerio de la reconciliación.

La gran mayoría de las cuarenta mil personas que visitan la Basílica de San Pedro diariamente lo hacen por turismo, sin embargo, muchos también llegan en busca de la misericordia divina. “Ustedes les permiten encontrar al Señor de la misericordia en el sacramento de la Reconciliación”, les recordó el Papa, subrayando su rol crucial en momentos de búsqueda espiritual y sanación.

Francisco destacó tres pilares fundamentales que los confesores deben tener en cuenta: la humildad, la escucha y la misericordia.

Humildad

El Papa enfatizó que, para ser buenos confesores, deben convertirse primero en “penitentes en busca de perdón”. Les instó a difundir un aroma de oración humilde bajo las impresionantes bóvedas de la Basílica, formando un ambiente que evoca piedad y disposición para el perdón.

Escucha

En segundo lugar, la escucha activa es esencial. “Escuchar no es solo oír lo que dicen, sino acoger sus palabras como un don de Dios”, explicó. Francisco subrayó la importancia de limitar las preguntas y no tratar de actuar como psiquiatras. “¡Están allí para perdonar!”, enfatizó, instando a los sacerdotes a ser un refugio de comprensión y consuelo.

Incluso, recomendó a los confesores que, si encuentran a un penitente que lucha con su vergüenza, respondan humildemente: “He comprendido”, porque lo importante no es la comprensión humana, sino que “Dios lo ha comprendido.”

Misericordia

Finalmente, el tema de la misericordia concluyó su mensaje. Los confesores deben ser auténticos dispensadores del perdón de Dios, mostrando alegría y disposición a comprender y consolar a quienes buscan su ayuda: “El confesor debe ser cercano, misericordioso y compasivo.”

Además, el Santo Padre recordó que la misericordia no solo se ejerce en la confesión, sino que debe reflejarse en cada acción diaria, fomentando un ambiente de amor y compasión. La reunión concluyó poniendo de relieve que la misión de los confesores de San Pedro es más relevante que nunca en un mundo que necesita desesperadamente esperanza y redención.