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El Impacto Alarmante de la Caída de Nacimientos en Europa: ¿Está en Peligro Nuestro Futuro?

2024-10-03

La natalidad en España ha alcanzado un mínimo histórico: el año pasado, la tasa de nacimientos por mujer se situó en 1,12, superando ligeramente el 1,13 de 1998. Este preocupante dato se inserta en una tendencia de caída libre que se ha mantenido durante cinco décadas, con escasas excepciones, como en 2008 debido al aumento de nacimientos de madres extranjeras. Sin embargo, lo que realmente sorprende es que esta crisis de natalidad no afecta solo a España, sino que se extiende a muchos países de Europa, incluyendo a los aclamados países nórdicos que tradicionalmente hemos mirado como modelos a seguir en políticas familiares.

Por ejemplo, en Suecia, que alcanzó casi dos hijos por mujer en la primera década del siglo XXI, la tasa de natalidad ha caído hasta un mínimo histórico de 1,45 en 2023. Finlandia, que mantuvo niveles cercanos a 1,9 desde los años 90 hasta 2010, también ha visto su tasa descender a 1,26 en 2023. En Dinamarca, la cifra de 1,5 para el mismo año aún es superior al mínimo de 1,3 registrado en 1983, pero sigue siendo alarmantemente baja. De acuerdo con un informe de Funcas en la última edición de sus Notas de Coyuntura Social, estos países modelo empiezan a parecerse más a aquellos que históricamente no han sido considerados referentes en términos de natalidad.

Además, otros países como Austria (1,23), Bélgica (1,47), Luxemburgo (1,23) y los Países Bajos (1,43) também han alcanzado mínimos históricos. No obstante, los niveles más altos de nacimientos en 2023 fueron registrados en Bulgaria (1,81) y Francia (1,68), aunque incluso estas cifras han comenzado a bajar, lo que muestra que la tendencia es generalizada y preocupante.

Desde hace varias décadas, en ningún país de la Unión Europea se ha alcanzado una tasa de fecundidad igual o superior al nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer. Este fenómeno se enmarca dentro de un proceso global de baja de natalidad que afecta a naciones desarrolladas, y no desarrolladas, en todo el mundo. Según investigaciones recientes publicadas en la revista The Lancet, se anticipa que muchas naciones verán caer su fecundidad por debajo del nivel de reemplazo en pocos lustros, provocando una eventual disminución de la población mundial para el año 2030.

El informe de Funcas también pone en tela de juicio la teoría de que unas altas prestaciones económicas son la clave para incrementar la natalidad. Historicamente, países nórdicos, Francia, Bélgica y los Países Bajos se destacaron por sus políticas públicas generosas, que incluyen significativas transferencias monetarias a familias con hijos. Sin embargo, Funcas sugiere que esta relación no es tan directa como se pensaba. Las políticas de apoyo monetario son solo una parte de una ecuación más compleja, en la que es plausible que los incentivos económicos por sí solos no sean suficientes para revertir la tendencia.

Con el preocupante descenso de la fecundidad, es esencial que la sociedad española aborde este debate en toda su dimensión, tomando conciencia de las diversas causas y consecuencias de este fenómeno y considerando si es necesario intervenir en lo que parece ser una inercia natural. ¿Estamos dispuestos a repensar nuestras políticas familiares y sociales ante esta alarmante realidad? El futuro de las próximas generaciones podría depender de ello.