Mohamed Kabalan recibió en 2022 un certificado de defunción de su hijo, Qassem, que supuestamente había muerto en una prisión del régimen de Bashar Al Assad. Sin embargo, para su asombro, dos años después, tuvo un emotivo reencuentro con su hijo a las puertas del hospital Ibn Al Naffis en Damasco, donde Qassem fue liberado junto a otros prisioneros.

Este inesperado encuentro pone de relieve los oscuros secretos del régimen sirio y la falta de transparencia en el sistema penitenciario. Muchos familiares de prisioneros han denunciado la desaparición de sus seres queridos y la entrega de documentos falsos que confirman su muerte. La historia de Mohamed y Qassem se ha vuelto emblemática entre quienes luchan por la verdad y la justicia en Siria.

Además, la situación en las cárceles sirias se ha descrito en múltiples ocasiones como un verdadero infierno. Los informes indican que muchos prisioneros son sometidos a condiciones inhumanas, con torturas sistemáticas y desnutrición. En un reciente informe de Amnistía Internacional, se documenta que los prisioneros son frecuentemente tratados como 'esqueletos andantes', subrayando la brutalidad del sistema.

El reencuentro de Kabalan con su hijo ha conmovido a muchos en Siria y más allá, simbolizando la resistencia y esperanza en medio de la adversidad. Sin embargo, todavía hay miles de familias que continúan esperando noticias de sus seres queridos desaparecidos, lo que plantea preguntas inquietantes sobre la veracidad de los informes oficiales y la desesperación que vive el pueblo sirio en la actualidad.