Durante décadas, la psicología ha investigado cómo la preferencia de los padres impacta en las dinámicas familiares y el desarrollo de los niños. Un reciente y revelador estudio realizado por la Universidad Brigham Young y la Western University, que involucró a más de 19.000 participantes, ha desafiado mitos populares al demostrar que los hombres tienden a favorecer a sus hijas, contradiciendo la creencia de que los padres prefieren a sus hijos del mismo sexo.

Los investigadores Alexander C. Jensen y McKell A. Jorgensen-Wells han encontrado que distintos factores, como el orden de nacimiento, el género y la personalidad, juegan un papel crucial en el favoritismo. En particular, se ha observado que los niños que son más conscientes y amables reciben un trato más favorable. Curiosamente, también se ha notado que los primogénitos gozan de mayor autonomía, evidenciando la diversidad en el trato parental.

Además, los niños responsables y cooperativos suelen ser más apreciados por los padres, mientras que la extroversión no parece ser un factor determinante. Esto sugiere que las cualidades personales pueden influir más que solo el simple hecho de ser el primogénito o el benjamín. Los hermanos mayores, por otro lado, tienden a disfrutar de reglas menos estrictas, lo que puede fomentar su independencia.

Sin embargo, no todo es positivo. A pesar de que el favoritismo parental puede parecer inofensivo a corto plazo, sus efectos a largo plazo son preocupantes. Estudios previos han señalado que los hijos que sienten que son menos favorecidos podrían correr el riesgo de enfrentar problemas de salud mental, un bajo rendimiento académico y conflictos en las relaciones familiares. Por esta razón, los expertos enfatizan la importancia de crear un ambiente familiar equilibrado en el que todos los niños se sientan valorados y queridos.

En conclusión, el favoritismo parental es un fenómeno más común de lo que se piensa y sus repercusiones son significativas. Promover la equidad y el amor incondicional entre los hijos no solo fortalece los lazos familiares, sino que también contribuye al bienestar emocional y psicológico de los niños a lo largo de sus vidas. ¡No dejes que el favoritismo destruya tu familia! Asegúrate de conocer los riesgos y la importancia de un trato equitativo entre todos los hijos.