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El Golpe de Éxito de Iñaki Sáez: El Ascenso Legendario de los Vascos en Las Palmas 30 Años Después

2024-09-15

Autor: Laura

El inicio de los años 90 marcó una época de penurias para el fútbol en Gran Canaria. Las Palmas, un club con una rica historia, sufrió una caída estrepitosa hasta la Segunda B en la temporada 1991-92, lo que generó dudas sobre la esencia del fútbol canario. En medio de esta crisis, Iñaki Sáez, exjugador del Athletic Club, llegó a la isla con la misión de rescatar a este emblemático club y revitalizar su imagen. Su llegada inauguró una era en la que numerosos futbolistas vascos se sumaron al proyecto, creando un fenómeno que transformaría la institución.

Orlando Suárez, leyenda canaria, recuerda con cariño la decisión de Sáez de traer jugadores vascos al equipo. "Él buscaba ese gen competitivo de los futbolistas del País Vasco. Sabía que el talento canario tenía cabida en la liga regular, pero necesitábamos algo más para los play-offs de ascenso", reflexiona. La visión de Sáez no solo se centró en el talento externo, sino que también hizo hincapié en los jóvenes talentos de la cantera canaria. A pesar de que los inicios fueron difíciles y la estrategia generó escepticismo, los vascos comenzaron a establecer un legado en la isla.

La temporada 1993-94 fue una de las más frustrantes, quedando nuevamente en la puerta del ascenso. Pero Iñaki Sáez decidió dar un giro radical a la situación al introducir un estilo de juego que se notaba diferente. Juan Eleder Acedo, uno de los primeros jugadores vascos en unirse al equipo, recordó cómo la llegada de más compañeros de su tierra facilitó su adaptación. "El recibimiento fue fenomenal. Con Sáez, el deseo de mostrar lo mejor de nosotros se reafirmó", afirmó.

La presión por subir a Segunda A era palpable; los aficionados temían que la importación de un estilo de juego vasco pudiera no encajar en la filosofía canaria. Un punto crítico llegó cuando Boronat fue despedido, dejando el camino abierto para que Paco Castellanos asumiera el cargo y, a pesar de mejorar el rendimiento del equipo, nuevamente no lograron el ascenso.

Sin embargo, los vascos dejaron huella en el equipo no solo por su talento, sino por su estilo de vida. Historias como la de Eleder, que entrenaba a pesar de grandes lesiones, demostraban la entrega que estos jugadores tenían con el club y la afición. Como anécdota, se recuerda que incluso enseñaron euskera a Valerón, incorporando su cultura al vestuario.

Finalmente, la temporada 1994-95 se dibujó como un año casi perfecto. Con la llegada de Pacuco Rosales, conocido como “el técnico milagro”, el equipo brilló en los play-offs, logrando un ascenso memorable. Fue una noche de San Juan y la Playa de las Canteras desbordó de fanáticos celebrando un hito histórico. "Nunca olvidaré esa noche. La afición se volcó como jamás había visto", comentó Eleder, visiblemente emocionado al recordar aquellos momentos.

La celebración del ascenso se convirtió en un símbolo de identidad canaria. Las Palmas se llenó de euforia, y a partir de ahí comenzó una revolución en el club. Sin embargo, no todo fue perfecto. A pesar de llegar nuevas estrellas como Turu Flores, la historia de algunos jugadores, especialmente Ricardo Mendiguren, se torció debido a las lesiones.

La huella de Iñaki Sáez y los vascos en la isla perdura hasta hoy. Su legado no solo transformó la institución a nivel deportivo, sino que también logró construir un lazo cultural que sigue resonando en la afición. Este capítulo del fútbol canario no es solo una cuestión de deporte; es un testimonio del poder de la comunidad y el trabajo en equipo.