El Gobierno: ¿Realmente la solución o el verdadero problema?
2024-11-03
Autor: José
La reciente tragedia en Valencia ha expuesto una dura realidad: confiar en el Gobierno para gestionar desastres naturales puede ser un craso error. A pesar de contabilizar cuatro alertas de inundaciones emitidas por la AEMET, el Gobierno no mencionó en su rueda de prensa el pasado martes el inminente riesgo de desastres. En lugar de actuar, el Ejército estuvo sin hacer nada durante tres días, una situación que deja a muchos en la incredulidad. Algunos todavía piensan que la solución es dar más poder a las instituciones que han demostrado su incapacidad para reaccionar ante emergencias.
En una paradoja inquietante, los mismos funcionarios que ignoraron la pandemia hasta el último momento son ahora los responsables de gestionar la crisis en Valencia. No se puede olvidar cómo mintieron acerca de la realidad de la situación, desde la falta de tests hasta la ocultación del verdadero número de fallecidos. ¿Hay alguna razón para creer que esta vez actuarán de manera diferente en la gestión de las lluvias torrenciales?
El presidente Sánchez prometió que no dejarían solos a los afectados, pero la historia nos dice que las promesas rápidamente se desvanecen. Pregunten a aquellos que sufrieron los efectos del volcán de La Palma o a las 35,000 empresas que han desaparecido desde 2019, todas sin respuesta gubernamental adecuada. Curiosamente, mientras el país atravesaba una catástrofe que ya ha cobrado más de 200 vidas, el Gobierno encontró tiempo para aprobar leyes que elevan impuestos sobre los vehículos diésel.
La ministra Alegría, en lugar de abordar la situación crítica, optó por hablar de temas tan preocupantes como el éxito del viaje del líder supremo a la India y la situación del fútbol, dejando totalmente de lado las alertas de inundación que se emitieron ese mismo día. Cuando se esperaba información crucial, la realidad nos dio una rueda de prensa vacía y llena de evasivas.
El Gobierno se excusa diciendo que “desde primera hora de la mañana se podía concretar un aumento de la peligrosidad”, pero la falta de acción fue evidente. En cambio, prefirieron centrarse en el espectáculo. Este tipo de gestión, que recuerda a su desastrosa respuesta a la pandemia, donde se negó el riesgo hasta que fue demasiado tarde, se repitió en este caso. La falta de acción y la búsqueda de culpables en la oposición se han convertido en un patrón preocupante.
Sin embargo, también ha habido respuestas admirables desde la sociedad civil: cocineros como Pepa Muñoz y José Andrés han ofrecido millones de comidas calientes, y Amancio Ortega ha donado grandes sumas de dinero para ayudar a los afectados. La sociedad ha demostrado que cuando el Gobierno falla, son los ciudadanos y empresarios quienes toman las riendas y ofrecen soluciones reales.
En este contexto, la afirmación del ministro Torres de que “sobran quienes quieren dividir” puede interpretarse de varias maneras. Es el propio Gobierno y sus aliados quienes han aumentado la división en lugar de buscar la unidad. La verdadera lección es que, en tiempos de crisis, la verdadera fuerza radica en la solidaridad y las acciones de los ciudadanos, no en la falta de liderazgo del Gobierno.
Es hora de que tomemos conciencia: el verdadero problema puede no ser siempre el desastre mismo, sino la incapacidad de quienes están al mando para manejarlo de manera efectiva. La esperanza reside en aquellos que realmente están haciendo algo para ayudar.