El bosque de Pando, ubicado en el estado de Utah, es aclamado como el organismo vivo más grande del mundo. Este extraordinario bosque no es más que un solo árbol que se extiende a través de una vasta superficie, compuesto por aproximadamente 47,000 troncos individuales interconectados bajo tierra. Con una enorme masa de 6,000 toneladas, Pando se encuentra en una encrucijada crítica debido a un creciente problema: la sobrepoblación de ciervos.

Según el biólogo Richard Elton Walton de la Universidad de Newcastle, el ciervo mulo (Odocoileus hemionus) y el ciervo canadiense (Cervus canadensis) han incrementado su número en los últimos años. Este auge poblacional se atribuye en gran medida a la extinción de sus principales depredadores, los lobos (Canis lupus) y los pumas (Puma concolor). Sin estos controladores naturales, el ecosistema ha visto un desequilibrio alarmante.

Los ciervos son voraces consumidores de las ramas nuevas de los álamos temblones, lo que impide que el bosque de Pando se renueve. Un estudio demuestra que en una sección del bosque que se valló para proteger los troncos caídos, este área ha mostrado un crecimiento notablemente superior al del resto del bosque, resaltando la devastación causada por estos animales.

No es la primera vez que se alertan sobre las amenazas que enfrentan los árboles de Pando. Investigaciones previas, como la publicada en 2018 en la revista PLoS One, enfatizan la necesidad de controlar a los ciervos para asegurar la supervivencia de este bosque único.

Sin embargo, los ciervos no son la única amenaza a la que se enfrenta Pando. Enfermedades como las manchas en las hojas y los hongos, que afectan principalmente a los troncos más viejos, son preocupaciones adicionales. Por si fuera poco, los cambios climáticos en la región también representan un peligro creciente para este ecosistema. Pando floreció en un clima estable tras la última era glacial, y los científicos advierten que el cambio climático podría alterar su delicado equilibrio.

Es fascinante observar que Pando no solo es único por su tamaño, sino que también es un organismo genéticamente homogéneo, lo que significa que todos los troncos están conectados de una manera que los identifica como partes de un solo ser. Esto es algo común en los álamos, pero las dimensiones y la historia de Pando son incomparables.

La situación se torna aún más crítica a medida que el aumento de la población de ciervos coincida con otros desafíos ambientales. La combinación de sobrepoblación herbívora, enfermedades y cambio climático pone en grave peligro a este gigante de la naturaleza.

Así que, la supervivencia de Pando ahora depende no solo de su capacidad de regenerarse, sino también de la intervención humana para manejar y mitigar las amenazas que enfrenta. ¿Podrán los expertos hallar una solución a tiempo para salvar uno de los mayores tesoros naturales del planeta?