El Real Madrid, uno de los clubes más emblemáticos del mundo, se enfrenta a una tormenta de quejas y protestas vecinales que podrían poner en jaque sus planes para el nuevo Santiago Bernabéu. Todo comenzó con una inquietante queja por parte de la Asociación Vecinal de Perjudicados por el Bernabéu, que ha llevado al director general del estadio, José Ángel Sánchez, ante un tribunal por un presunto delito medioambiental relacionado con los ruidos generados por los conciertos y eventos en el icónico estadio.

Desde su reinauguración, el Bernabéu ha sido escenario de múltiples conciertos que han desatado la furia de los residentes cercanos. Estos han denunciado un "jaleo insoportable" y han presentado informes acústicos que demuestran que los niveles de decibelios superan con creces lo permitido por la normativa. El Juzgado de Instrucción número 53 admitió la querella el 26 de julio, señalando la gravedad de la situación.

El problema no muestra signos de resolverse, y las protestas continúan. Enrique Martínez de Azagra, presidente de la mencionada asociación vecinal, ha sido claro: "El estadio no se puede convertir en una discoteca porque no está insonorizado y, además, no se puede insonorizar". Esta afirmación ha resonado entre muchos vecinos que ven cómo su calidad de vida se ve comprometida.

Martínez de Azagra también ha compartido que tras consultar a ingenieros de sonido, es prácticamente imposible insonorizar el estadio sin cerrar herméticamente sus instalaciones. "Hemos tenido 18 conciertos más sus ensayos, es un disparate bestial. Se han superado más de 2,780 veces los niveles legales permitidos", expresó con desespero. Para él, el ruido es un "patógeno que genera problemas muy graves de salud" y recordó que muchos de los afectados son también abonados del Real Madrid.

La situación se complica aún más, pues muchos vecinos, quienes son fervientes seguidores del equipo, lamentan que la Junta Directiva haya tomado decisiones comerciales que no consideran viables en un entorno residencial. "No estamos hablando de fútbol, estamos hablando de un problema de salud. Esto no tiene solución", concluyó, transmitiendo tanto su frustración como su amor por el club.

Las repercusiones de este conflicto no solo afectan a los residentes, sino que también podrían impactar la imagen del Real Madrid ante sus aficionados y el mundo, obligando al club a reconsiderar su enfoque hacia los eventos en el Santiago Bernabéu. ¿Podrá el club encontrar un equilibrio entre el entretenimiento musical y la calidad de vida de sus vecinos? ¡La batalla apenas comienza!