La situación en Tírig, un pequeño pueblo de Castellón, se ha vuelto insostenible. Desde el pasado jueves, los habitantes han estado sin suministro de agua corriente debido a la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha azotado la provincia en los últimos días. A pesar de los esfuerzos de la Diputación y la empresa de aguas Facsa, la ayuda ha resultado insuficiente.

El alcalde, Juanjo Carreres, no ha dudado en expresar su desesperación a través de las redes sociales: "No tenemos ni una gota en este momento". Esto se debe a que las intensas lluvias han dañado gravemente la infraestructura de agua, arrancando partes clave de la tubería que abastece a la población.

Mientras tanto, el servicio de agua se ha estado intentando suplir mediante cubas que son transportadas por la Diputación. Sin embargo, Carreres ha señalado que esta medida es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los vecinos. De hecho, la situación ha llevado a muchos a tener que racionar el agua para sobrevivir.

El alcalde afirma que la comunidad necesita una reparación urgente de la infraestructura dañada para restaurar el suministro de agua de forma permanente. Además, los vecinos están preocupados por las posibles consecuencias para la salud pública si la situación no se resuelve pronto.

Este caso pone de relieve la vulnerabilidad de muchos pueblos pequeños frente a fenómenos meteorológicos extremos y la necesidad de contar con infraestructuras adecuadas y planes de emergencia bien establecidos. La comunidad de Tírig no solo enfrenta un reto inmediato, sino que también se plantea la pregunta de cómo prepararse mejor para futuras crisis. ¡La situación es crítica y la solidaridad es más necesaria que nunca!