Las redes sociales estallaron el pasado viernes con impactantes imágenes del campus de Leioa, en Bizkaia, donde un profesor, conocido por sus controvertidos comentarios franquistas y homófobos, fue escoltado por seguridad privada mientras era abucheado por estudiantes. Estos hechos, que se han convertido en un tema candente, revelan tensiones profundas en la academia y la necesidad urgente de debatir sobre la libertad de expresión y los límites de la tolerancia en las instituciones educativas.

La controversia se desató cuando, horas antes de la clase programada, la organización juvenil Ernai, vinculada a Sortu, difundió un video en Instagram en el que dos personas rociaban pintura roja sobre la puerta del despacho del profesor y escribían la palabra "fascistas" en una ventana. En un comunicado, la organización criticó no solo al docente, sino también a la universidad por haberlo contratado.

A las 11:15, el profesor llegó a su aula sin mostrar signos de preocupación, pero la situación se tornó caótica rápidamente: un grupo de manifestantes bloqueó la entrada y la salida del aula, manteniendo a los estudiantes atrapados durante aproximadamente dos horas. La universidad mencionó que el ambiente se volvió hostil, con gritos y amenazas hacia el docente. Finalmente, a la 1:15 p.m., logró salir, pero no sin ser objeto de actitudes agresivas. La Ertzaintza, cuartel de la policía vasca ubicado cerca del campus, fue alertada pero no intervino.

Juan Ignacio Pérez Iglesias, consejero de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno vasco y exrector de la UPV/EHU, se pronunció sobre el asunto, afirmando que el acoso y la intimidación son inaceptables en cualquier contexto, especialmente en el universitario. Reconoció la preocupación por las declaraciones del profesor, que son percibidas como incompatibles con el ambiente académico.

Pero, ¿qué hay detrás de este profesor y sus mensajes incendiarios? Anteriormente, su cuenta en X (Twitter) había sido suspendida debido a su contenido inadecuado, y aunque creó una nueva cuenta, también fue cerrada. Actualmente está activo en una tercera cuenta, que no presenta actualizaciones desde hace meses. Publicaciones anteriores reflejan un claro desprecio hacia los derechos reproductivos, con mensajes profundamente ofensivos hacia las mujeres y sus elecciones. Su retórica también incluye defensas de la pena de muerte y agresiones hacia personas de ciertas comunidades.

Entre sus muchas declaraciones polémicas, destaca su defensa del franquismo: "¿Prefiero un Gobierno de Franco o este Gobierno con su amnistía?", mientras que su odio hacia ciertos políticos es evidente, dirigiendo insultos a figuras públicas como la alcaldesa de Irún. Además, sus comentarios homófobos ilustran la inquietante normalización de discursos de odio en algunos sectores de la sociedad.

Este incidente no solo resalta un problema grave dentro del ámbito universitario, sino que plantea interrogantes sobre la desviación de ciertos valores democráticos en la educación superior. El clamor creciente por un ambiente universitario libre de violencia y discriminación podría ser el inicio de un cambio significativo en la aceptación de discursos que incitan al odio. ¿Estamos al borde de un cambio en las políticas educativas hacia un entorno más inclusivo y seguro para todos?