El Ejército Libanés entre el Martillo de Israel y el Yunque de Hezbollah
2024-11-12
Autor: Antonio
En una habitación de Akkar al Atiqa, un viejo televisor observa cómo un grupo de militares retirados se reúne para organizar la ayuda a los desplazados por la guerra en Líbano, afectadas desde el aumento de los bombardeos israelíes en septiembre. Esta región, aunque remota y dañada, es el corazón de las Fuerzas Armadas Libanesas, una institución que se enfrenta a grandes desafíos. "El 50% de nuestros soldados provienen de esta zona", afirma con orgullo el suboficial Haytham Khalil, de 55 años.
Con un lema de "Honor, Sacrificio, Lealtad", el Ejército Libanés observa impotente el conflicto, mientras lucha con su propia fragilidad. En medio del poderío militar israelí y la influencia de Hezbollah, que posee un arsenal consideravelmente superior, su papel se ha visto relegado a ser un observador. El gobierno actual quiere convertir a su ejército en el garante de un alto al fuego propuesto, el cual Israel ya ha rechazado.
El primer ministro interino, Najib Mikati, en una reciente cumbre en Riad, hizo un llamado a la comunidad internacional para presionar por una pausa inmediata de las hostilidades, señalando el compromiso de su gobierno con la Resolución 1701 de la ONU, que exige la retirada de Hezbollah de la frontera sur de Líbano. Sin embargo, el proceso se ve obstaculizado por la falta de apoyo de Hezbollah a dicha propuesta.
Mikati anunció el reclutamiento de 1,500 nuevos soldados para reforzar las tropas en el sur, pero la realidad es que la eficacia del Ejército Libanés se encuentra severamente limitada. La Resolución 1701 establece que sólo el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU deben estar presentes en la zona, pero Israel exige más control sobre el conflicto, incluida la posibilidad de que sus tropas invadan el territorio libanés, un requerimiento inaceptable para las autoridades libanesas.
Desde el inicio de este nuevo ciclo de violencia en octubre, Líbano ha sufrido un elevado costo: más de 3,200 muertos y 14,100 heridos tras ataques constantes. La infraestructura ha quedado devastada, con 37 localidades y alrededor de 40,000 viviendas destruidas. Esto ha resaltado la necesidad de atención humanitaria urgente en un país ya frágil, lo cual ha motivado a muchos militares retirados a ayudar a sus vecinos y a los desplazados.
A pesar de su dedicación, los militares libaneses enfrentan desafíos significativos. Con un presupuesto militar de apenas 226 millones de euros en 2023 comparado con los 26,000 millones de Israel, la desigualdad es abismal. Carecen incluso de defensas básicas y su arsenal es insuficiente para hacer frente a Hezbollah, quien ha estado consolidando su poder militar en la frontera con Israel, construyendo túneles y aumentando su capacidad de misiles.
Además, el toque sobre el rol del ejército se complica por la política interna de Líbano. La idea de desarmar a Hezbollah podría ser vista como una traición y desencadenar tensiones sectarias que rememoran los oscuros días de la guerra civil. Existe un sentimiento generalizado de que, con el respaldo inquebrantable de Estados Unidos, el Ejército Libanés no puede desear cimentar su papel en la defensa del país de forma efectiva sin una compensación adecuada y un fuerte respaldo internacional.
La situación económica del país no mejora las cosas. Muchos soldados se ven obligados a buscar trabajos adicionales para sobrevivir en un contexto donde los salarios han caído drásticamente. Mientras que la mayoría del pueblo libanés confía en su ejército, siente cada vez más la desigualdad y el sufrimiento de su situación actual.
Como resultado, los militares retirados están formando un pilar social dentro de sus comunidades, brindando apoyo y asistencia a quienes lo necesitan. Imad Salman, un soldado retirado, destaca la importancia de mantener unidas las diferentes sectas del país a través de la unidad nacional. "Soy chií, pero, ante todo, soy libanés y militar. El ejército es la columna vertebral de nuestra unidad", destaca.
En este contexto, la fortaleza del Ejército Libanés se mantiene, pero su desafío es monumental. La falta de recursos, el desempleo entre sus soldados y la amenaza constante de violencia hacen que la situación sea extremadamente precaria. Todavía queda esperanza de que, con ayuda interna y internacional, Líbano pueda recuperar su estabilidad.