Como cada año, el evento más esperado en la política española llega con el mensaje de Navidad del rey Felipe VI. Este año, el monarca ha pedido “serenidad” a los políticos, con el fin de reducir “el ruido de fondo que impide escuchar a la ciudadanía”. Mientras que el PSOE y el PP han expresado su apoyo a estas palabras, los partidos Sumar y Podemos han criticado el discurso, tachándolo de “derechizado”. Sorprendentemente, ni Vox ni su líder, Santiago Abascal, se han pronunciado hasta ahora.

El rey Felipe VI también hizo referencia a la reciente tragedia en la Comunitat Valenciana ocasionada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), solicitando “una coordinación mayor y más eficaz” para que las ayudas lleguen “cuanto antes”. En respuesta, Sumar acusó al rey de no abordar adecuadamente la situación, afirmando que “la DANA no fue un problema de coordinación entre administraciones, sino de negacionismo climático y negligencia política.”

El partido de Yolanda Díaz no solo criticó la referencia a la DANA, sino también lo que el rey no mencionó, como “la violencia machista, las agresiones sexuales, las guerras en Gaza y Ucrania, o la crisis climática.” Estas omisiones han llevado a Sumar a calificar el discurso como incompleto y poco sensible a las preocupaciones actuales de la sociedad.

Por otro lado, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, celebró el discurso, alabando la defensa del bien común y la importancia de la Constitución. “La monarquía parlamentaria cierra otro año ejemplar al servicio de los españoles. Y a su lado”, afirmó Feijóo.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, también apoyó la llamada del rey a la “serenidad” y el consenso, mencionando que “trabajar por el bien común debe estar por encima de la discordia.”

El PSOE, por su parte, coincidió con el rey en su énfasis en los consensos políticos. En su cuenta oficial de X, el partido expresó: “Felipe VI entiende que la vida política debe estar marcada por la serenidad. El consenso debe ser el camino para dedicar todos nuestros esfuerzos al bienestar de los ciudadanos de España.” Sin embargo, ninguno de los dos partidos ha indicado si responderán a la solicitud del rey de rebajar el tono en el debate político.

Las reacciones de Sumar y Podemos han sido contundentes, acentuando su desacuerdo con la postura del monarca. “Este rey ya no es nada más que el proyecto deprimente de la derecha española. Qué pereza”, comentó Ione Belarra, secretaria general de Podemos. En un video publicado por su partido, Belarra acusó al rey de parecer más un diputado de Vox que el jefe de Estado, refiriéndose a su enfoque sobre el problema de la vivienda como “cuestionable” y muy alineado con posturas de la ultraderecha.

Felipe VI resaltó la falta de oferta de vivienda como una de las raíces del problema actual, señalando que “las ciudades, especialmente las grandes urbes, actúan como polos de crecimiento”, lo que genera una demanda que la oferta no puede satisfacer. Para abordar este aspecto, pidió que “todos los actores implicados reflexionen, se escuchen unos a otros, y que ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, especialmente para los más jóvenes y los más desprotegidos.”

Sin embargo, desde Sumar se argumentó que el rey no tomó en cuenta las demandas de las movilizaciones que han ocurrido en los últimos meses, donde se ha exigido poner un freno a la especulación inmobiliaria. La falta de atención a estas preocupaciones subraya una desconexión entre la monarquía y una parte importante de la sociedad que clama por cambios significativos en las políticas de vivienda.

En resumen, el discurso del rey Felipe VI ha desatado una serie de aplausos y duras críticas, reafirmando la división política existente en el país, mientras la ciudadanía espera reformas que realmente atiendan sus necesidades.