En la víspera del Día de Reyes, diez grupos y plataformas del Barça se unieron en un comunicado que fue un grito desesperado: ¡"que dimitan de forma inmediata"! Esta petición deja en evidencia la grave crisis que atraviesa la Junta Directiva del club, encabezada por Joan Laporta. El término 'inmediato' parece un desafío a la gestión de Laporta, que no muestra señales de rendición.

La verdadera cuestión es: ¿cuándo es 'inmediato'? ¿Deberían irse mañana? ¿O esperar a que termine la Supercopa de Arabia? La situación del Barça es crítica en todos sus frentes: más caos, menos transparencia y una creciente sensación de desconfianza entre los socios. Cada día que pasa, el club se ahoga un poco más en la incertidumbre.

Jordi Farré, quien ha sido figura polémica en esta historia, vuelve a la carga. Este socio, conocido por su capacidad de movilización, presentó una moción de censura contra Bartomeu en el pasado, que lo llevó a salir de la presidencia. Ahora parece estar buscando volver a conseguir protagonismo, aunque algunos lo ven como un simple espectador de la gestión actual de Laporta.

Con unas elecciones a la vista y un ambiente enrarecido, la oposición se siente más motivada que nunca a exigir cambios. Aletea en el aire una creciente presión para que se escuche la voz de los socios y se detenga este desgobierno que parece estar llevando al Barça hacia un destino incierto. Desde 2020, cuando Laporta tuitó que Bartomeu debía dimitir inmediatamente, las cosas no han mejorado. Messi se fue, y el club se encuentra en una crisis deportiva y económica sin precedentes.

En medio de esta tormenta, hay un hecho curioso que resalta: el número de socios del club ha caído en más de 3,000 en apenas un año, un fenómeno alarmante que nunca había sucedido en medio siglo. Las bajas se atribuyen principalmente al fallecimiento de socios mayores, pero también revelan un descontento generalizado con la dirección del club. Por otro lado, los miembros que cumplen 50 años como socios no reciben ningún reconocimiento, lo que aumenta la insatisfacción.

La situación del baloncesto del Barça también es preocupante: un equipo que soñaba con títulos ahora lucha por una clasificación para la Copa del Rey. Los aficionados se preguntan si tiene sentido seguir esperando un cambio de fortuna cuando, a estas alturas, parece que la gestión actual no logra ni comunicar un plan claro hacia el futuro. Mientras tanto, las estrellas del equipo parecen estar perdiendo su brillo y los fanáticos solo pueden lamentar lo que una vez fue uno de los mejores clubes deportivos del mundo.

Así que, ¿qué sucederá a continuación? ¿Se escuchará finalmente la voz de los socios? ¿O vamos a seguir presenciando cómo el Barça se hunde en su propia crisis? Queda por ver si la presión por un cambio se transformará en acción.