Las enfermedades cardiovasculares están en aumento y podrían afectar a más de 11 millones de personas en España, representando el 25% de la población. Este alarmante dato proviene de un informe del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST), que señala que estas enfermedades son la principal causa de mortalidad en el país.

La mala alimentación juega un papel crucial en este aspecto, con aproximadamente 44,000 muertes al año debido a problemas cardíacos relacionados con hábitos alimenticios poco saludables, según un estudio publicado en el European Journal of Epidemiology. Ante esta realidad, es fundamental hacer elecciones alimenticias más saludables y adoptar un estilo de vida activo.

El doctor Alan Rozanski, destacado cardiólogo y profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, advierte sobre los peligros de cenar mal. En una reciente entrevista con Parade Magazine, el especialista enfatiza cómo la calidad de la cena puede influir directamente en nuestra salud cardiovascular. En particular, menciona que las comidas ricas en carbohidratos y azúcares refinados, además de las proteínas altamente procesadas, pueden agravar todos los principales factores de riesgo de las enfermedades del corazón.

Entre estos riesgos se encuentran la hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad, la resistencia a la insulina y la inflamación crónica, que pueden, a su vez, sufrir agravamiento por alteraciones en el sueño. Rozanski destaca que consumir estos alimentos poco saludables durante la noche no solo deteriora la salud del corazón, sino que también interfiere con la calidad del sueño, generando un efecto doblemente perjudicial.

El experto explica que la macromolécula predominante en las cenas típicas americanas son las proteínas de la carne roja, el pavo y el pescado. Aunque estos son alimentos que suelen considerarse saludables, hay que tener especial cuidado con los productos cárnicos procesados, que son los verdaderos villanos en esta historia.

Elementos como las salchichas, el salami, el pepperoni y hasta carnes como el pollo y el pavo, cuando están procesados, deben ser evitados a toda costa. ¿Por qué? Porque estos ultraprocesados suelen contener altos niveles de sodio, nitratos, nitritos y otros aditivos perjudiciales. Según Rozanski, estos elementos son diseñados para realzar el sabor y prolongar la vida útil del producto, pero a costa de nuestra salud.

Entonces, si quieres mantener tu corazón sano y garantizar un sueño reparador, es hora de repensar lo que sirves en la cena. Toma las riendas de tu bienestar y elige sabiamente. ¡Tu corazón te lo agradecerá! Ahora que conoces el verdadero peligro, ¿seguirá siendo la carne procesada parte de tu dieta nocturna?