¿EE UU al borde de la deuda?: La presión económica se intensifica ante las elecciones de noviembre
2024-11-03
Autor: Antonio
La rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años ha alcanzado niveles alarmantes en octubre, subiendo del 3,7% al 4,3%, lo que establece un nuevo récord desde julio. Este mes se posiciona como el peor para la deuda soberana en dos años, mientras los inversores se preparan para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. En este contexto, la volatilidad del mercado también ha alcanzado niveles máximos anuales, reflejando la creciente inquietud entre los inversores.
Las alzas en la rentabilidad de los bonos se deben a la aparente solidez de la economía estadounidense, lo cual pone en duda las expectativas de reducciones en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Sin embargo, el escenario electoral se complica con la posibilidad de una victoria de Donald Trump, lo que los mercados están considerando como un escenario probable. La propuesta del ex presidente de imponer aranceles de entre el 10% y el 20% a todas las importaciones, incluyendo un drástico 60% para productos chinos, se percibe como un peligro inflacionista que podría enfriar las expectativas de recortes de tipos.
Trump también propone una política de inmigración dura, que incluye medidas como la retención de solicitantes de asilo en la frontera y la eliminación de la ciudadanía automática por derecho de nacimiento. Estas políticas, según analistas de Vontobel, podrían aumentar los salarios y, por ende, contribuir a la inflación, complicando aún más la capacidad de la Reserva Federal para cumplir con las expectativas del mercado sobre las tasas.
Ni las propuestas económicas de Trump ni las de su posible rival Kamala Harris contemplan un plan sólido para la consolidación fiscal, lo que significa que el déficit público y la deuda seguirán en aumento. Según la principal gestora de renta fija del mundo, Pimco, independientemente del resultado de las elecciones, el déficit de EE UU será el gran perdedor, y prevé que los déficits anuales se mantendrán entre el 6% y el 7% del PIB en los próximos años. Esta situación ha llevado a agencias de calificación como Fitch y Moody’s a expresar alarmas, con Moody's bajando su perspectiva de estable a negativa y Fitch ya habiendo rebajado su calificación de AAA a AA+.
El reciente informe del Comité para un Presupuesto Federal Responsable señala que, sin importar quién gane, es poco probable que se aborden los déficits fiscales estructurales, lo cual podría aumentar aún más la carga fiscal sobre la economía, con proyecciones que sugieren un incremento de la deuda nacional de entre 3,5 y 7,5 billones de dólares en la próxima década.
La cumbre de otoño del FMI y el Banco Mundial en Washington enfatizó la preocupación por la economía estadounidense ante las próximas elecciones. Analistas como los de Citi sugieren que si Trump gana, los inversores temen una venta masiva de deuda federal debido a problemas fiscales. Los políticos, sin embargo, adoptan un tono más optimista, afirmando que los niveles actuales de deuda no llevarán a una crisis inminente, aunque no existe una base sólida para esta evaluación.
La memoria de la crisis fiscal británica bajo Liz Truss todavía pesa en la mente de los inversores, quienes recuerdan cómo su propuesta de recortes impositivos generó inestabilidad en los mercados. En este clima incierto, las recomendaciones apuntan a ser cautelosos con la duración de las inversiones en bonos. La firma suiza Julius Baer sugiere equilibrar carteras con plazos de entre tres y siete años para mitigar riesgos.
Incluso ante los desafíos, el apetito por la deuda estadounidense a largo plazo permanece, aunque la presión inflacionaria y el elevado déficit están siempre presentes. Analistas de Vontobel aseguran que aunque la tendencia de los déficits gemelos (fiscal y de cuenta corriente) continúa en aumento, hay poca base para esperar un cambio en la tolerancia del mercado hacia los niveles de deuda. Actualmente, con expectativas de inflación ancladas y un banco central creíble, se estima que EE.UU. tendrá la capacidad de seguir aumentando su deuda.