La Fiscal Superior de Madrid, durante su declaración, confirmó que preguntó a García Ortiz: «¿Lo has filtrado tú?» y que la respuesta de su superior fue evasiva: «Eso ahora no importa». Esta revelación se suma a otros indicios que apuntan a la implicación del fiscal general del Estado en un escándalo que lo involucra en la filtración de información confidencial relacionada con el caso del novio de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.

En lo que parece ser una habilidad casi maestra en el manejo de las coartadas, el fiscal de delitos económicos ha desmantelado el protocolo que García Ortiz dijo haber seguido tras una revisión de su teléfono móvil por parte de la UCO (Unidad Central Operativa). Este protocolo, que supuestamente incluía el borrado de mensajes, ahora se revela como inexistente, lo que plantea serias dudas sobre la credibilidad de toda la defensa presentada por el fiscal general.

La situación se complica aún más para García Ortiz, ya que cada nuevo testimonio indica un patrón de comportamiento que podría ser interpretado como intento de encubrimiento. La investigación del Tribunal Supremo avanza y los fiscales intentan conectar los puntos de este enredado caso que involucra a figuras políticas claves en la Comunidad de Madrid.

Aunque la preocupación crece, muchos se preguntan: ¿cuánto tiempo más podrá durar esta incertidumbre antes de que se tomen decisiones contundentes? Los ciudadanos exigen transparencia en un asunto que podría tener repercusiones graves para todos los involucrados. La presión pública está en aumento y el miedo a una posible inacción por parte de las autoridades podría avivar aún más la desconfianza en las instituciones.