Diego Simeone y Carla Pereyra nos abren las puertas de su encantadora casa en Madrid, donde celebran la Navidad rodeados de su familia. Carla destaca la importancia del diálogo y el apoyo familiar en tiempos difíciles: "En un mundo donde la familia a veces no se valora, nuestro pilar es el amor y el perdón. Hemos aprendido a reinventarnos, encontrando un equilibrio entre el trabajo de Diego y nuestro hogar, mientras vemos crecer a nuestras hijas, Francesca y Valentina".

A medida que las festividades se acercan, Carla comparte su entusiasmo: "La Navidad me encanta. Es un tiempo especial para hablar de la historia de Jesús y fomentar tradiciones significativas. Este año, estoy disfrutando mucho de la compañía de mis hijas". De hecho, sus hijas ya están más grandes y hacen catequesis, lo que genera conversaciones significativas sobre la Navidad.

La pareja también tiene tradiciones que nunca faltan en su hogar, como armar el árbol de Navidad, donde Diego se encarga de colocar la estrella: "Las niñas han intentado hacerlo, pero no se negocia", ríe Carla. La familia se reúne siempre en estas fechas, ya sea en España o Argentina, para disfrutar juntas y compartir el amor familiar.

En su hogar, no puede faltar el famoso asado argentino, donde Diego, un experto parrillero, disfruta del proceso de encender el fuego y preparar las carnecitas, una actividad que une aún más a la familia.

Este año, la familia planea compartir la Navidad entre ambos países. "Hemos elegido una chacra especial en Argentina, con mucha historia, donde se reúnen mis padres, suegra, y sobrinos. Así, pasamos un poquito de tiempo en cada lugar".

La fortaleza de su relación radica en la familia: "Es fundamental contar con alguien en quien apoyarse, compartir los éxitos y fracasos. La familia no es solo de sangre, es también quien elijes. Me siento afortunada de haberme adaptado tan bien a la familia de Diego".

En cuanto a su desarrollo personal y profesional en este año que finaliza, Carla expresa que ha estado enfocándose en su familia y su empresa: "He tomado mejores decisiones y priorizo el tiempo con mis hijas y mi marido. Nuestro negocio de inversiones y reformas ha crecido mucho, ya contamos con más de 150 inmuebles, lo que requiere dedicación, pero me siento realizada". Su enfoque y crecimiento como mujer y empresaria son prioridades que significan mucho en su vida.

Además, comparte que ha hallado el equilibrio perfecto entre su vida familiar y profesional: "Diego y yo nos apoyamos mutuamente en nuestros trabajos y en la crianza de nuestras hijas, siempre aprendiendo a dialogar y reconocer cuándo necesitamos apoyo".

Con respecto a sus hijas, disfruta de su crecimiento: "Cada una es única y tiene su propia personalidad. Ambos luchamos por nuestras metas, y esa fuerza es lo que nos une". Mientras celebra sus cinco años de matrimonio con Diego, recuerda su boda con gran alegría: "Fue maravillosa, un día inolvidable en la Toscana. Todos se divirtieron y estuvimos rodeados de amor".

Finalmente, Carla reflexiona sobre su viaje juntos: "Es un amor que se construye día a día. La maternidad ha sacado lo mejor de mí, y sigo intentando ser una madre presente y divertida, llena de risas y juegos con mis hijas". Con cada historia que comparten, Diego y Carla siguen construyendo una vida en equipo, basada en el amor y la unión familiar.