La mañana en el puerto de Cádiz se llenó de tradición y emoción cuando los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, se unieron a la ceremonia de despedida de la guardiamarina Borbón y Ortiz, que zarpa a bordo del icónico Juan Sebastián Elcano. Este crucero de instrucción, que marca el inicio de una nueva etapa para los 76 guardiamarinas, fue presenciado por más de 1.500 familiares que se reunieron en el muelle para despedir a sus seres queridos.

El evento comenzó temprano con una misa en el convento de Santa Cruz, donde los aspirantes a oficiales se encomendaron a la Virgen del Rosario, patrona de Cádiz, en busca de buenos vientos para su travesía. La pieza de la Virgen fue llevada en procesión hacia el puerto, símbolo de buenos augurios para los jóvenes navegantes.

A medida que se acercaba la hora de embarcar, la niebla que normalmente habría dificultado la ceremonia se disipó, permitiendo que el sol iluminara el evento. La llegada de la ministra de Defensa, Margarita Robles, se tornó un tanto tumultuosa cuando los familiares abuchearon su presencia en señal de descontento, pidiendo su salida del acto.

Los momentos más emotivos llegaron con la llegada de los Reyes. A las 11 en punto, los monarcas fueron recibidos con vítores a España y una salva de honor, mientras la unidad de música de la Armada tocaba el himno nacional. Los guardiamarinas, en una impecable formación, rindieron honores a sus majestades, mientras la Princesa de Asturias, además de ser parte de la dotación, recibía aplausos y elogios de los presentes.

El Rey Felipe, recordando su propia experiencia a bordo del Elcano en 1987, se dirigió a los guardiamarinas con un mensaje inspirador: "Representáis una Armada con un legado de siglos que debéis honrar y respetar." Añadió que cada uno llevaba consigo el honor de representar a España en los mares del mundo.

Una parte significativa de esta travesía es que la guardiamarina Borbón y Ortiz desembarcará en Nueva York para permanecer un mes a bordo de una fragata. Se prevé que después se reúna nuevamente con sus compañeros en el puerto de Gijón el 7 de julio, completando así un viaje lleno de aprendizaje y experiencias marítimas.

Este crucero de instrucción no solo representa el futuro de la Armada española, sino también una oportunidad para que los jóvenes oficiales se forjen como líderes en el ámbito militar y representen dignamente a su país en el escenario internacional. Sin duda, una nueva generación de marinos españoles está lista para zarpar hacia su destino.