Desgarradora limpieza en los pueblos devastados por las crecidas del Piedra y el Mesa
2024-11-01
Autor: Francisco
Los escenarios son desoladores: asfaltos levantados, muros derrumbados y muebles inservibles. Los pueblos golpeados por las crecientes de los ríos Piedra y Mesa, fruto de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), se encuentran en plena lucha por recuperar su normalidad. Este viernes, los vecinos se unieron masivamente en labores de limpieza y evaluación de daños, aprovechando que el caudal y nivel de los ríos comenzaban a retornar a lo habitual.
La situación en diferentes pueblos
En Cimballa, aproximadamente 15 viviendas se han visto afectadas de diversas formas, además de la iglesia y varios tramos de la carretera provincial hacia el Monasterio de Piedra y Aldehuela. En Llumes, el barro inundó varias casas, una de las cuales perdió parte de su fachada, y la captación de agua fue seriamente dañada. En Jaraba, el único balneario abierto ha cerrado temporalmente y se han registrado múltiples cancelaciones en casas rurales. Mientras tanto, Campillo de Aragón trabaja en recuperar sus bombas de captación, vitales para el suministro de agua.
Llamado a la acción
"Esto es trágico. Es la cuarta crecida en solo dos meses y cada vez es más destructiva, porque no se han tomado medidas adecuadas", afirmaba Cecilio Roy, alcalde de Cimballa, desde un puente que ha quedado sin barandillas por la fuerza del agua. Su desesperación crece al ver que, a pesar de sus llamados a la Confederación Hidrográfica del Ebro y al Gobierno de Aragón, la respuesta ha sido mínima. "Aquí, desde la DGA no ha venido nadie. El consejero prefiere una buena foto en Jaraba a asistir a las verdaderas emergencias", comentó.
Un grito de auxilio
Roy hizo un desgarrador llamado a la humanidad: "No necesitamos más fotos ni promesas vacías. Pedimos ayuda real o, al menos, que nos escuchen. La situación es insostenible". A la pregunta sobre si la declaración de zona catastrófica podría ser una solución, mostró su escepticismo: "Eso no nos va a ayudar, ni siquiera para cubrir los costos mínimos".
La respuesta comunitaria
Los vecinos no se rinden. Armados con palas, escobas y mucha determinación, cientos de ellos trabajaban en las calles para eliminar los residuos dejados por la inundación. "Llevamos horas limpiando, y todavía hay mucho por hacer", comentaron Jorge Escribano y Enrique Ramos, mientras limpiaban la casa de una abuela. En la iglesia, un grupo de voluntarios también luchaba contra el barro que amenazaba el altar.
Plan de recuperación
Además, el diputado provincial José Carlos Tirado informó que se están desarrollando proyectos para rehabilitar las carreteras dañadas, tanto desde Cimballa hacia Aldehuela como hacia Llumes.
Preocupaciones en Llumes
En Llumes, la preocupación crece, ya que la comunidad se siente abandonada por su ayuntamiento. "Como dependemos de Monterde, no recibimos la atención necesaria", se quejó Charo Ramón, presidenta de la Asociación Flumes. Narró que se esfuerzan por contactar a las autoridades de salud para evaluar la calidad del agua, mientras que el barro amenaza con volver a inundar las captaciones.
Situación crítica en Campillo y Jaraba
En Campillo, su alcalde, José Antonio Alonso, confirmó que algunas viviendas han quedado sin suministro de agua, y ahora esperan que la empresa energética instale un generador para reactivar las bombas. La situación es crítica en Jaraba, donde el único balneario operativo, el de la Virgen, enfrenta su propia lucha por la supervivencia. "Aún no hemos podido limpiar, pero esperamos que el lunes podamos evaluar los daños con los técnicos", aseguró Javier Zarzosa, responsable del balneario, quien contempla el futuro incierto de esta fuente de turismo vital para la localidad.
Clamando por ayuda
La magnitud de la tragedia es enorme, y la comunidad clama por una respuesta inmediata y efectiva, ya que el tiempo corre y la posibilidad de nuevas crecientes amenaza con agravar la desesperada situación.