La reciente DANA ha dejado tras de sí un rastro de devastación y angustia en los municipios del sur de Valencia. El pasado martes, muchos residentes se vieron atrapados por las feroces inundaciones, incapaces de escapar a tiempo de sus casas y garajes mientras intentaban poner a salvo sus vehículos.

En la pedanía de La Torre, se registraron siete muertes por ahogamiento en los sótanos de las viviendas, mientras que en Paiporta y Benetússer se contabilizaron tres y dos fallecidos respectivamente. Estas tragedias forman parte de las 210 víctimas totales que han sido reportadas hasta ahora, aunque aún quedan muchos aparcamientos por desaguar en la región.

Los esfuerzos de rescate han estado enfocados en Bonaire (Aldaia), uno de los centros comerciales más grandes de España, donde los equipos siguen intentando acceder a sus cuatro niveles subterráneos. Los daños aún son inciertos, pero se estima que cientos de vehículos han quedado atrapados en su interior.

El ingeniero José Vicente Lamperero, quien ha residido en la zona durante dos décadas, comenta: "En España no tenemos una conciencia clara de lo que implica una alerta roja de emergencias como en otros países". Lamperero, que trabaja para grandes marcas automovilísticas en ciudades como Berlín, añade: "En Aldaia, estamos acostumbrados a inundaciones, pero este evento ha sido el más severo. La gente suele despreciar las alertas rojas, pero es un riesgo mortal, igual que nadar en el mar con bandera roja".

Irónicamente, Lamperero también admitió haber sacado su coche del garaje el mismo día de la tormenta, reconociendo que corrió un gran riesgo. A pesar de haber logrado hacerlo a tiempo, su familia política sufrió pérdidas totales, ya que sus vehículos fueron arrastrados por las aguas.

El periodista Paco Lahuerta, experto en el sector automotor, señala que "los coches nuevos son caros y representan uno de los mayores bienes de una familia, después de la hipoteca de la casa". Esta realidad influye en la decisión de muchas personas a ignorar el peligro y descender a los garajes para rescatar sus autos, ya que el vehículo se ha vuelto indispensable para su vida diaria y sus trabajos.

Se estima que más de 100,000 vehículos en Valencia han sufrido daños a causa de esta DANA. Desde el fin de semana, las autoridades han comenzado a evaluar los daños, un proceso que podría tardar varios meses.

Uno de los problemas de la infraestructura en los barrios más afectados es que muchas viviendas, construidas en la época de los años 70 y 80, no están equipadas para evacuar el agua de manera eficiente. Lahuerta indicó que "los garajes se inundan con facilidad, un hecho que los residentes de mayor edad conocen bien".

El previene de que en los países desarrollados, aproximadamente el 80% de los accidentes fatales durante inundaciones involucran a conductores que intentan cruzar zonas inundadas. Ramiro Martínez Costa, ex ingeniero de Caminos de la Generalitat Valenciana, recalca que "el error más común es intentar bajar al garaje para sacar el coche, a pesar del evidente riesgo".

En medio de esta crisis, es crucial que los ciudadanos aprendan a tomar en serio las alertas meteorológicas y a actuar de manera más responsable, priorizando su seguridad por encima de cualquier bien material.