¡Desesperación en Vigo! Vecinos de un edificio sufren por el constante paso de toxicómanos
2024-11-14
Autor: David
"Vivimos una pesadilla diaria. Desde hace varios años, la situación ha empeorado de forma alarmante", lamentan los residentes del número 39 de la calle Numancia en Vigo, un pequeño edificio de 13 viviendas en el barrio de O Calvario. La razón detrás de su angustia: el tráfico continuo de sustancias ilegales que tiene lugar en uno de los pisos de su edificio, donde entran y salen decenas de personas cada día. "En un solo día, pueden ingresar hasta 90 personas, y en la noche, otras 40 más", relatan consternados.
Los vecinos han reportado daños constantes en las áreas comunes, desde el portal hasta el telefonillo, y las peleas que estallan a menudo se traducen en un ambiente de inseguridad insostenible. "Solo pedimos vivir en un lugar seguro y tranquilo", resumen en su desesperación.
Recientemente, en octubre, los afectados presentaron un escrito al Concello con 200 firmas, solicitando mayor vigilancia policial. En su carta, enfatizan que no solo ellos sufren esta situación, sino que también afecta a los niños de una escuela infantil y un colegio cercano. Además, han hecho llegar sus quejas a la Policía Nacional, esperando soluciones urgentes.
Las denuncias acumuladas en la comisaría viguesa son numerosas, desde fracturas en el telefonillo en 2016 hasta reportes recientes en septiembre de este año de daños graves en el sistema de seguridad del edificio. "La situación es insostenible", describen los residentes, quienes también mencionan incidentes más alarmantes, como la presencia de personas durmiendo en el garaje, incluso con velas.
Víctor José, un vecino que vive en el edificio desde 2003, expresa su frustración: "Esto ha ido a más y es desesperante. Nos rompen el portal, encontramos cristales rotos y hasta han robado extintores". Otro residente, Salvador, presidente de la comunidad de propietarios, confirma que los inquilinos no duran mucho tiempo debido a la inseguridad, lo que está afectando a la calidad de vida en la zona.
Para intentar proteger su hogar, los vecinos han tenido que instalar cámaras de seguridad y han bloqueado el uso del ascensor para el acceso exclusivo de los propietarios. Sin embargo, los problemas persisten. "Ya no sabemos qué más hacer. La Policía dice que sin una orden judicial no pueden actuar", afirman, angustiados. Lo único que desean es recuperar la paz en sus vidas y la seguridad en sus hogares, algo que, lamentablemente, parece cada vez más inalcanzable. Si la situación continúa así, ¿qué consecuencias podría tener para la comunidad y sus vecinos? La inseguridad se cierne sobre Vigo como una sombra amenazante.