La sorprendente verdad sobre andar descalzo

Héctor Nebot, cofundador de Zapato Feroz, asegura que dejar que los niños anden descalzos es no solo apropiado, sino esencial. ¡Así es! Andar descalzo mejora el equilibrio, fortalece los pies y promueve un desarrollo motor saludable. Siempre que el ambiente lo permita, es altamente recomendable.

¿Por qué los niños se quitan los zapatos?

Si un niño se quita los zapatos, es porque le molestan. Podrían estar ajustados, apretando o limitando su movimiento. Este es un mensaje claro que los adultos deberíamos escuchar. Al llegar a casa, la mayoría de nosotros también nos deshacemos de los zapatos porque nos hace sentir libres y relajados. ¡Los niños son igual!

Los riesgos de andar descalzo

No obstante, hay que tener cuidado. Andar descalzo puede provocar cortes por objetos punzantes en el suelo, quemaduras por caminar en superficies calientes o irritaciones en su piel. También hay riesgos de infecciones al pisar agua sucia o estancada. Sin embargo, en verano, en lugares seguros como la playa o sobre césped, los peligros son mínimos.

Beneficios sorprendentes de andar descalzo

Andar descalzo ofrece beneficios sorprendentes:

- Mejora la percepción corporal y el control postural.

- Desarrolla habilidades neuromotoras de manera más eficaz.

- Aumenta el equilibrio y la coordinación.

- Fortalece los músculos del pie.

- Conecta a los niños de forma más intensa con su entorno.

Prevención de infecciones en ambientes húmedos

Para evitar infecciones en piscinas o áreas húmedas, es crucial usar escarpines de neopreno en lugares públicos, chanclas limpias, y secar bien entre los dedos después del baño. Además, hay que revisar la piel regularmente y evitar caminar descalzo en duchas o vestuarios públicos.

Consejos para los padres

Los padres deben permitir que sus hijos anden descalzos en casa, la playa o el parque, siempre que el terreno sea seguro. Alternar con calzado adecuado cuando caminen sobre superficies peligrosas es clave. Al comprar zapatos, busquen aquellos que sean cómodos, lavables y versátiles, adaptando el tipo de calzado a las necesidades del niño. Y, sobre todo, ¡observen a sus hijos! Si están felices sin zapatos, es una señal de que sus pies lo requieren.