La calvicie, un mal que afecta a millones de hombres en todo el mundo, es especialmente prevalente a partir de los 30 años. La principal causa identificada es la alopecia androgénica, la cual tiene un fuerte componente genético. Si tu padre es calvo, ¡nuestras probabilidades se incrementan!

Un estudio reciente revela que España tiene una alta incidencia de calvicie en hombres, alcanzando casi el 45%. Sin embargo, el fenómeno también se está ampliando entre las mujeres, aunque la investigación sobre este aspecto sigue siendo limitada. En realidad, el número de mujeres con pérdida de cabello ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que requiere atención y estudio por igual.

Los expertos insisten en que es fundamental entender la biología detrás de esta condición, no solo para hombres, sino también para mujeres, niños y adolescentes, quienes también están afectados.

Alopecia androgénica: la causante principal

La alopecia androgénica se desarrolla debido a la acción de los andrógenos, que son hormonas sexuales masculinas. Esta teoría fue respaldada por el anatomista James Hamilton en 1942, quien observó que los hombres castrados antes de la pubertad no mostraban signos de calvicie a menos que fueran tratados con testosterona. Se ha descubierto que la testosterona se convierte en dihidrotestosterona (DHT), lo que a su vez disminuye el flujo sanguíneo a los folículos capilares, debilitando el cabello y provocando su caída.

El patrón de esta pérdida de cabello comienza generalmente con entradas y calvicie en la corona de la cabeza. La genetista Stefanie Heilmann-Heimbach ha afirmado que la calvicie es hereditaria en al menos un 80% de los casos.

La calvicie de patrón femenino

Aunque el fenómeno es menos común en mujeres, entre un tercio y la mitad de ellas pueden enfrentar la calvicie a lo largo de su vida. La forma más frecuente es la alopecia androgénica, aunque la relación con los andrógenos sigue siendo poco clara. Este tipo de calvicie suele manifestarse a partir de los 40 años y se caracteriza por pérdida de cabello difusa, particularmente visible en la parte central de la cabeza.

Calvicie en niños y adolescentes

En los más jóvenes, la pérdida de cabello es menos frecuente, pero hay excepciones. La alopecia areata, una enfermedad autoinmune que provoca pérdida súbita de cabello en parches, afecta aproximadamente a una de cada 50 personas y puede presentarse en esta franja etaria.

¿Hay cura para la calvicie?

La calvicie no es una enfermedad, pero muchos la viven como una crisis de identidad. Dermatólogos aseguran que es una de las principales razones de consulta médica. La buena noticia es que existen tratamientos, tanto médicos como quirúrgicos, que pueden ayudar a frenar la pérdida de cabello. Dentro de estos, los trasplantes capilares son una solución viable, especialmente efectiva en hombres.

Christine Shaver, cirujana experta en restauración capilar, señala que incluso aquellos que consideran un trasplante pueden beneficiarse de ciertos medicamentos, aunque estos, en su mayoría, solo detienen la progresión de la calvicie, en lugar de promover el crecimiento de nuevo cabello. En Estados Unidos, dos fármacos han sido aprobados para este fin: minoxidil y finasterida. El minoxidil mejora el flujo sanguíneo y la absorción de nutrientes, mientras que la finasterida bloquea la conversión de testosterona en DHT, aunque también puede acarrear efectos secundarios preocupantes, como indica un reciente aviso en el Reino Unido respecto a su consumo.

Antes de elegir cualquier tratamiento, los expertos recomiendan obtener un diagnóstico adecuado de un dermatólogo profesional. Muchos pacientes llegan convencidos de que su calvicie es genética y que un trasplante es la solución, solo para descubrir que existen alternativas más efectivas para su caso. ¡No subestimes la importancia de un buen diagnóstico y asesoramiento!