Ciencia

¡Descubre la brutal rutina de los pretorianos, los soldados más temidos de la Antigua Roma!

2025-01-26

Autor: Manuel

La Guardia Pretoriana, conocida por su fuerza y lealtad, se convirtió en símbolo de poder en la Antigua Roma, destacándose como el cuerpo de élite que protegía al emperador. Según el historiador Stephen Dando-Collins en su obra 'La maldición de los césares', esta unidad fue creada en los inicios del Imperio Romano y estaba compuesta por soldados mejor pagados y entrenados que los legionarios comunes. Mientras los legionarios recibían 12,000 sestercios al finalizar su servicio, los pretorianos podían alcanzar hasta 20,000. ¡Una diferencia que reflejaba su estatus especial!

La formación rigurosa que recibían estos guerreros era comparable a la de los espartanos, famosa por su dureza. Arturo Sánchez Sanz, en 'Pretorianos, la élite del ejército romano', destaca que el proceso de entrenamiento era brutal y constante. Con un campamento dedicado que incluía un templo y termas, los pretorianos se mantenían alejados de distracciones como el alcohol y la lujuria, permitiéndoles concentrarse en el combate.

Allí, los instructores, algunos de los cuales eran considerados maestros de maestros, reciclaban sus habilidades, asegurándose de que los soldados dominaran el arte de la esgrima. La disciplina era severa: aquellos que no mostraban el progreso esperado podían enfrentar la pérdida de sus raciones de comida. ¡Una motivación para no fallar!

Día a día, los pretorianos no solo perfeccionaban el uso de sus armas, sino que también tenían que practicar formaciones y marchas con un equipo completo. Ni siquiera un solo momento de debilidad era tolerado; marchas de 20 a 24 millas estaban en su agenda diaria, lo que aseguraba su resistencia y fuerza. Y es que en el fragor de la batalla, mantener la formación es crucial para la sobrevivencia de un soldado.

El entrenamiento abarcaba innovación táctica, como la improvisación ante obstáculos, que incluía saltos, así como ejercicios de ingeniería y construcción de campamentos. La versatilidad era esencial, abarcando desde la natación necesaria para cruzar ríos durante campañas hasta habilidades ecuestres que podían salvar vidas en ciertas circunstancias. Aunque los pretorianos eran conocidos principalmente como infantería, su entrenamiento también incluía técnicas de combate montado.

Finalmente, la correcta práctica de ataque a las tres zonas vulnerables del adversario: cabeza, torso y piernas, era fundamental. En definitiva, la vida de un pretoriano no solo estaba marcada por su increíble destreza en batalla, sino también por la disciplina férrea que los formaba como auténticas máquinas de guerra. ¡Nada podía detener a este cuerpo de élite de Roma!