Wolbachia se ha convertido en una auténtica estrella en el mundo de la biología. Esta bacteria, que se encuentra en una gran mayoría de insectos, es conocida por su capacidad de modificar el comportamiento de especies como los mosquitos, ¡incluso puede transformarlos en auténticas plagas! Sin embargo, su verdadero potencial radica en su capacidad para combatir la propagación de virus peligrosos como el dengue, zika y chikungunya al infectar a los mosquitos que los transmiten.

El programa World Mosquito Program (WMP) ha llevado a cabo investigaciones que muestran que Wolbachia puede bloquear el crecimiento de estos virus en los mosquitos Aedes aegypti. Hasta la fecha, se han liberado mosquitos infectados en 14 países, alcanzando una protección para casi 11 millones de personas a junio de 2023. ¡Imagina un mundo donde estas enfermedades sean cosa del pasado!

Las pruebas iniciales se realizaron en Australia y, posteriormente, se extendieron a distintos continentes. En Sudamérica, se han liberado mosquitos infectados en países como Colombia y Brasil, con resultados alentadores en la reducción de la prevalencia del dengue. Sin embargo, a pesar de los avances, la doctora Marcela Rodriguero del CONICET advierte que aún existen muchos obstáculos por superar antes de implementar esta técnica a gran escala.

Rodriguero, quien lleva más de 20 años estudiando Wolbachia, ha encontrado que esta bacteria también altera la sexualidad de ciertos gorgojos, causando que en algunos lugares solo queden hembras, volviéndose plagas agrícolas. Sorprendentemente, se estima que Wolbachia ha estado presente en las poblaciones de insectos durante millones de años y no presenta riesgos conocidos para los seres humanos ni otros vertebrados.

Pero, ¿qué sucede en Argentina con esta fascinante bacteria? Un equipo de científicas argentinas ha estado investigando la presencia natural de Wolbachia en diversas especies de mosquitos, lo cual podría ser crucial para el desarrollo de futuras estrategias de control de enfermedades en el país. Comprender el contexto local es esencial para aplicar esta técnica de manera efectiva y segura.

Implementar el uso de mosquitos infectados con Wolbachia no es tarea fácil. Las liberaciones deben manejarse con cuidado, y la comunidad debe estar comprometida y educativa sobre el proceso, ya que podría haber un incremento temporal en la población de mosquitos a medida que se lleven a cabo las liberaciones. Esto requiere un esfuerzo considerable en comunicación y colaboración comunitaria.

Los desafíos son numerosos. En Brasil, por ejemplo, se descubrió que los mosquitos liberados no podían sobrevivir debido a los insecticidas locales. En respuesta, se realizaron cruzamientos con mosquitos de la región para mejorar su resistencia. De este modo, los investigadores están aprendiendo que cada contexto es diferente y que lo que funciona en un país podría no ser aplicable en otro.

La ciencia básica es esencial en esta batalla contra las enfermedades. Sin un conocimiento profundo de los insectos y su interacción con Wolbachia, los esfuerzos para combatir enfermedades podrían fallar. Hasta ahora, los resultados son prometedores, pero queda mucho por aprender. Con la colaboración y la investigación continua, el futuro de las técnicas de control de enfermedades a través de Wolbachia se dibuja esperanzador. ¡Estemos atentos a los próximos avances!