Las cuencas del Mediterráneo han sido históricamente vulnerables a las inundaciones causadas por "gotas frías", fenómenos meteorológicos que traen lluvias torrenciales devastadoras. Esta semana, la Comunidad Valenciana vivió una situación crítica con la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que cobró casi un centenar de vidas y dejó varios desaparecidos, además de provocar miles de daños materiales.

Históricamente, la cuenca del río Turia ha sido testigo de catastróficas riadas, como la de San Miguel en 29 de septiembre de 1946 o la trágica inundación de 1957, que marcó la memoria colectiva de Valencia.

La Gran Riada de 1957: Una tragedia sin igual

En octubre de 1957, Valencia experimentó una de las peores catástrofes naturales de su historia. Intensas lluvias provocaron el desbordamiento del río Turia, que inundó la ciudad con más de 300 litros de agua por metro cuadrado en escasas horas. El resultado fue devastador: 81 muertes y una ciudad prácticamente arrasada.

Un cambio crucial: El Plan Sur

A raíz de esta tragedia, el régimen de Franco implementó el Plan Sur, una obra monumental destinada a proteger a Valencia de futuras catástrofes. Se presentaron varias propuestas, pero se eligió la más ambiciosa: desviar el cauce del río hacia el sur. Esta solución, aprobada en 1958, tuvo un costo elevado, que se sufragó mediante la implementación de un sello adicional en los envíos postales de la ciudad.

¿Qué ha cambiado desde entonces?

Gracias a las obras del Plan Sur, Valencia ha podido evitar inundaciones catastróficas similares a las del pasado. Durante la DANA de esta semana, aunque hubo inundaciones en otras partes de la Comunidad Valenciana, la infraestructura hidráulica de Valencia demostró su efectividad al minimizar el riesgo de desbordamientos severos. Esto ha sido crucial para la preparación ante fenómenos climáticos extremos, que se están volviendo más frecuentes debido al cambio climático.

Mirando hacia el futuro

Sin embargo, los expertos advierten que debemos seguir mejorando nuestras infraestructuras y sistemas de alerta. Con el cambio climático afectando los patrones meteorológicos, el periodo de lluvia en la región podría intensificarse, haciendo que la prevención sea aún más importante. La historia de Valencia nos enseña que, aunque hemos logrado mucho, la lucha contra las inundaciones continúa.

La reciente DANA podría haberse convertido en otra tragedia vacía de sentido, pero gracias al legado del pasado, Valencia se mantiene en pie. ¡Es momento de seguir trabajando para asegurar un futuro más seguro para todos!