Depositar tu salario y ahorros en un banco puede parecer una acción común y corriente, pero ¿qué pasaría si supieras que tu dinero podría estar ayudando a financiar la industria armamentística que provee a Israel? Este inquietante hallazgo es el resultado del informe del Centre Delàs d'Estudis per la Pau, titulado "La banca armada y su corresponsabilidad con el genocidio de Gaza". El estudio revela cómo 12 bancos españoles han alimentado, de diversas maneras, empresas que fabrican y venden armas utilizadas en el conflicto palestino.

Los investigadores llevaron a cabo un análisis exhaustivo, revisando las principales exportaciones de armamento a Israel en la última década. Documentaron casos específicos de víctimas y las armas utilizadas en cada uno de estos incidentes. Lo alarmante es que muchas entidades financieras, incluidos gigantes como CaixaBank y BBVA, han estado involucradas en proporcionar financiamiento a estas empresas, a veces a través de líneas de crédito y, otras veces, invirtiendo directamente en acciones.

El informe destaca que el Banco Santander es el mayor cómplice, financiando a empresas que exportan armamento a Israel por un total de 2.442 millones de dólares. Se mencionan casos concretos, como la relación con la empresa italiana Leonardo, que fabrica proyectiles utilizados en ataques a la población civil en Gaza. El BBVA, por su parte, también tiene una gran participación, apoyando financieramente a compañías que han sido fundamentales en la ejecución de ataques a civiles, con un aporte de 1.558 millones de dólares.

El análisis no se limita a las instituciones financieras españolas; el informe revela que BlackRock, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, tiene 30.570 millones de dólares invertidos en empresas encargadas de proveer armas a Israel. Esta cifra absurda pone de manifiesto el papel de las instituciones financieras internacionales en el conflicto.

Mientras tanto, la situación en Gaza es devastadora. Las recientes ofensivas han llevado a la muerte de más de 41.000 personas, incluyendo a innumerables niños. La pregunta es: ¿qué papel juegan los bancos en esta tragedia? ¿Cómo es posible que sigan con sus prácticas de inversión a pesar de la evidente crisis humanitaria?

Activistas de la campaña Banca Armada han estado intentando que estas instituciones reconsideren sus políticas de inversión. Años de protestas y demandas de desinversión han conducido a que las bancos ignoren el clamor popular, haciendo caso omiso de la inmoralidad de financiar industrias que contribuyen a un genocidio.

No es solo una cuestión de ética financiera; se trata de nuestra responsabilidad como ciudadanos y consumidores. Mientras el mundo observa un incremento en los conflictos bélicos, las acciones de empresas como Rheinmetall o General Dynamics se disparan, lo que a su vez genera enormes beneficios para los bancos. Con el creciente interés en las inversiones éticas, podría ser momento de cuestionar a dónde va nuestro dinero y qué tipo de futuro estamos facilitando con nuestras decisiones financieras. La única alternativa real, dicen algunos expertos, son las finanzas éticas.