¡Descubre cómo se inventan las palabras y sorpréndete con sus secretos!
2024-12-26
Autor: José
Imagina que tienes que nombrar un objeto desconocido. ¿Qué pesaría más en tu elección, la funcionalidad o la creatividad? ¿Influiría lo familiar que te parezca el objeto o incluso tu edad? Para responder a estas interrogantes, investigadores realizaron un fascinante estudio cuyos resultados son sorprendentes e intrigantes.
El experimento se centró en seis objetos que emergieron durante la pandemia de COVID-19, tales como una bicicleta estática con mesa de trabajo, mamparas protectoras para restaurantes, un gancho de metal para interactuar sin usar las manos, pulseras dispensadoras de gel hidroalcohólico, pegatinas para mascarillas y zapatos con puntas largas para mantener distancia. Se mostró una serie de imágenes de estos objetos a casi 150 hablantes nativos de español.
¿Describir, reutilizar o tomar prestado? Los participantes proporcionaron nombres para los artilugios, y estos fueron clasificados en función de la estructura de la palabra y el uso de lenguaje figurado. ¿Preferían crear palabras a partir de otras, reutilizar existentes, o adoptar palabras de otros idiomas? También se examinó si empleaban metáforas o metonimias para esos nombres.
Los resultados mostraron que, aunque inicialmente se pensó que los participantes optarían por nombres conocidos para objetos nuevos, la realidad fue más compleja. Aquellos que encontraban las creaciones más familiares, como el 'salvaorejas', tendían a usar palabras ya establecidas. En cambio, para objetos más desconocidos, generaban nombres completamente nuevos, como 'abridoor' para un dispositivo para abrir puertas sin tocarlas.
El estudio revela no solo la relación entre lenguaje y pensamiento, sino que también desafía creencias sobre la influencia de la edad en la creación de palabras. A diferencia de la percepción común de que los mayores son más conservadores, los resultados mostraron que todas las edades usaron estrategias similares para nombrar los objetos.
Este estudio no es solo un vistazo a la creatividad lingüística, sino un viaje a la mente humana, donde nacen néologismos como 'cicloficina' para la bicicleta estática o 'hidromuñeca' para la pulsera dispensadora de gel. Conclusiones reveladoras que subrayan que seguimos creando, innovando y comunicándonos de maneras sorprendentes a lo largo de nuestra vida.