Con la llegada del invierno y la bajada de las temperaturas, muchas personas empiezan a experimentar molestias, no solo en las manos y pies, sino también en áreas sensibles del cuerpo como la nariz, las orejas y los pezones. La reumatóloga Lola Bursón, del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, señala que el frío puede agravar condiciones como las enfermedades reumáticas.

Las molestias suelen estar vinculadas a problemas en la microcirculación, que afecta a los pequeños vasos sanguíneos que llevan sangre a las extremidades. Es esencial acudir a un médico si se presenta un dolor mayor al habitual, o si se observan cambios en la coloración de los dedos o la aparición de sabañones.

Los sabañones y el fenómeno de Raynaud, que provoca que los dedos cambien de color a blanco, azul y rojo, son síntomas que pueden intensificarse con el frío, pero existen formas de prevenir y manejar la situación adecuadamente. Este fenómeno es resultado de una reacción brusca de vasoconstricción provocada por el frío o el estrés, y puede acompañarse de dolor, entumecimiento y hormigueos.

A pesar de ser, en muchos casos, un fenómeno transitorio sin lesiones permanentes, en otras ocasiones puede asociarse a síndromes más serios y requerir atención médica inmediata debido a complicaciones que pueden incluir ulceraciones o incluso amputaciones.

Además, es crucial consultar a un reumatólogo si se presentan sabañones, conocidos médicamente como 'perniosis' o 'eritema pernio'. Estas lesiones inflamatorias surgen debido a la exposición prolongada al frío y pueden manifestarse con enrojecimiento, hinchazón y picazón. En casos más severos, pueden desarrollarse ampollas y fisuras, que pueden infectarse y limitar la movilidad de las articulaciones de las manos.

Durante la valoración de estos síntomas, una de las pruebas más efectivas es la capilaroscopia, una técnica simple y no invasiva que evalúa los vasos sanguíneos en las uñas. Esta prueba es útil para identificar condiciones que podrían estar relacionadas con enfermedades sistémicas.

Los factores de riesgo que predisponen a estas condiciones incluyen la exposición prolongada al frío y a la humedad, ser mujeres jóvenes, tener un índice de masa corporal bajo, fumar, tener problemas cardiovasculares como hipertensión o diabetes, así como padecer trastornos hematológicos o autoinmunes.

La doctora Bursón aconseja utilizar guantes y calcetines térmicos en ambientes fríos o húmedos para prevenir la aparición de síntomas, ya que es mucho más difícil manejarlos una vez que ya se han establecido. ¡Cuida tu salud y no dejes que el frío afecte tu calidad de vida!