En el emocionante contexto del Foro Económico Mundial que se celebra en Davos en 2025, las Ministras de Energía de España y Portugal, Sara Aagesen y Maria Da Graça Carvalho, han dado un paso histórico al reunirse para fortalecer la cooperación en energías renovables. Bajo el lema "Colaboración para la Era Inteligente", este encuentro promete ser un catalizador en la transición hacia un sistema energético más sostenible y eficiente en la Península Ibérica.

Ambas ministras comunicaron a través de sus perfiles de LinkedIn su compromiso para buscar objetivos comunes, resaltando la necesidad de implementar acciones estratégicas que posicionen a la región como un referente en Europa. El diálogo se intensificó con la participación de expertos como Helena Oliveira, investigadora portuguesa en energías renovables, y Alicia Carrasco, CEO de olivoENERGY, quienes subrayaron la potencialidad de la península para convertirse en una "isla energética".

En una era donde la electrificación continúa en aumento, Oliveira enfatizó la importancia de planificar conjuntamente frente a retos técnicos y económicos. "Los objetivos en común deben considerar la seguridad del sistema interconectado, la flexibilidad en el flujo energético y la minimización de costos", afirmó, señalando que el futuro requerirá soluciones innovadoras y redes modernizadas.

Los desafíos son muchos, especialmente en el sector del transporte. Oliveira advirtió que optar por un vehículo eléctrico puede ser más complicado que instalar placas solares en los hogares. Esta situación destaca la urgencia de que España y Portugal colaboren en el desarrollo de infraestructura, como estaciones de carga, para fomentar la adopción de tecnologías de movilidad limpia.

Un punto clave en la colaboración ibérica es el desarrollo del hidrógeno verde, que se posiciona como uno de los pilares fundamentales del acuerdo. Oliveira mencionó que Portugal podría beneficiarse significativamente de un plan conjunto con España para la producción y distribución de este recurso, aprovechando las sinergias entre sus mercados. "Los acuerdos de producción necesitan ser trabajados en conjunto. Portugal puede ofrecer facilidades a las empresas españolas y asegurar beneficios reales para todos los involucrados", añadió.

Alicia Carrasco agregó que un enfoque coordinado en la infraestructura de hidrógeno podría mejorar la logística y fomentar el consumo en áreas cercanas a los centros de generación. Destacó la importancia de integrar a las empresas del sector eléctrico con inversores para acelerar la modernización necesaria. Además, subrayó la sobrada capacidad de la Península Ibérica para convertirse en un referente en la industria verde europea, atrayendo inversiones y promoviendo una economía más sostenible.

En este marco, la modernización de la infraestructura eléctrica y la implementación de nuevas tecnologías de almacenamiento son cruciales para garantizar la flexibilidad y seguridad del sistema, preparando a ambos países para una nueva era energética.

Ambas expertas coincidieron en que mediante la colaboración, no solo se fortalecerá la seguridad energética de la Península Ibérica, sino que España y Portugal emergen como líderes en la transición energética en Europa, anticipando un futuro donde las energías renovables no solo sean una opción, sino la norma.