¡Desastre en Utiel! El río Magro cobra la vida de ancianos: "Estaba con el agua al cuello y dejaron que se muriera"
2024-10-31
Autor: Lucia
El río Magro, que usualmente fluye con apenas un hilo de agua en Utiel, se transformó este martes en un devastador torrente de lluvia y barro que arrasó todo a su paso. Heladeras desechadas en las esquinas, sillas atrapadas en los tejados y coches volcados evidencian las consecuencias de la peor gota fría registrada en el siglo. La fuerza del agua inundó las casas aledañas, ahogando a varios de sus inquilinos.
El alcalde, Ricardo Gabaldón, confirmó la trágica noticia de al menos seis fallecimientos, en su mayoría personas de entre 80 y 90 años. “Los mayores han sido los más afectados, aquellos que no tenían movilidad y quedaron atrapados”, lamentó Carlos Hernández, un vecino que lucha con el barro que ha cubierto su hogar.
Una de las historias más desgarradoras es la de Fernanda Miota, quien presenció la muerte de su madre a través de una claraboya. “Estaba con el agua al cuello y dejaron que se muriera”, recordó entre lágrimas. La vivienda de su familia se inundó en cuestión de horas, dejando un desastre visible a través de las ventanas.
A pesar de intentar alertar a su madre para que subiera a un piso superior, la situación fue minimizada por sus padres, quienes ya habían sobrevivido a muchas tormentas. Llamadas al 112 fueron infructuosas; la línea estaba colapsada debido al número elevado de emergencias. "Llamé a amigos y conocidos buscando ayuda”, se lamenta Miota.
La desesperación fue palpable y algunos vecinos intentaron rescatar a otros con embarcaciones, aunque la rápida crecida del río complicó los esfuerzos. “Escuchaba helicópteros sobrevolando, esperando que pronto llegara mi turno, pero nunca llegó”, comentó con frustración.
El agua subió rápidamente, alcanzando incluso la lámpara de candelabro colgante, mientras una pareja de ancianos trataba de salvarse. La madre de Miota, María, de 83 años y con problemas de movilidad, sucumbió a la tragedia. Se cree que murió de hipotermia tras haber estado expuesta al agua fría por horas.
La devastación en el barrio de La Alameda es abrumadora: calles cubiertas de barro, olor a gasóleo y la desolación entre vecinos que intentan limpiar lo que queda de sus hogares. Entre las casas, decenas han sido arrasadas, dejando a muchas familias en situaciones de extrema necesidad.
Mientras la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabaja sin descanso en el centro del pueblo para drenar el agua de los comercios, Dioni se encuentra al frente de su tienda de golosinas, la única que permanece en pie. Ella cuidaba de una pareja de ancianos que también han perdido la vida. “¡Qué impotencia!”, exclamó, recordando el dolor de todos los que ahora deben enfrentar la pérdida de sus seres queridos en esta calamidad.
Los habitantes de Utiel se enfrentan a una situación devastadora, con la esperanza de ayudar a quienes lo perdieron todo y un llamado a la ayuda de las autoridades para comenzar la reconstrucción de sus vidas. La comunidad se ha unido y se prepara para lo que viene, pero el dolor y la pérdida todavía están frescos en sus corazones.