
De lo olvidado a la emergencia silenciosa: La lucha contra la tuberculosis en niños
2025-03-31
Autor: Francisco
La tuberculosis (TB) es una enfermedad antigua que sigue afectando gravemente a los grupos más vulnerables, especialmente a niños y niñas que viven en condiciones de pobreza. El proyecto TACTiC (siglas en inglés de Detectar, evitar y curar la tuberculosis en niños) de Médicos Sin Fronteras (MSF) se ha implementado en más de una docena de países en África y Asia, aplicando las últimas recomendaciones de la OMS. Gracias a su trabajo, se ha logrado un aumento en la detección de casos de TB infantil y en la cantidad de niños que reciben tratamiento adecuado.
El 24 de marzo, durante el Día Mundial de la Tuberculosis, Daniel Martínez-García, pediatra y líder del proyecto de MSF, lanzó una advertencia contundente: es imperativo no bajar la guardia frente a la tuberculosis, instando a los gobiernos a reforzar la cooperación internacional y priorizar las inversiones en diagnóstico, tratamiento y prevención de esta enfermedad.
"La tuberculosis ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales y afecta especialmente a quienes son más pobres y vulnerables", explica Martínez-García. La enfermedad, aunque no es altamente contagiosa, se propaga en condiciones de pobreza extrema, hacinamiento, malnutrición e inmunosupresión. Esto convierte la TB en un claro indicador de desigualdad social y de la falta de acceso a servicios de salud.
Médicos Sin Fronteras lleva décadas trabajando para dar visibilidad a la tuberculosis como una patología olvidada. "Hemos estado involucrados en el desarrollo de nuevos tratamientos, la reducción de precios y la mejora de diagnósticos, pero aún no hemos visto cambios suficientes, especialmente en pediatría", señala el pediatra. La situación se complica en la infancia, pues "es muy difícil diagnosticar la tuberculosis en niños y, sin un diagnóstico confirmado, muchas veces no conseguimos el apoyo necesario para iniciar el tratamiento". Como resultado, los niños en estas condiciones se encuentran en una doble vulnerabilidad frente a una enfermedad ya marginada.
Martínez-García también denuncia que la falta de interés económico está rezagando la investigación en tuberculosis. “La TB no es atractiva para la industria farmacéutica, ya que los pacientes que necesitan tratamiento a menudo no pueden pagar”, sostiene. Aunque existen tratamientos disponibles, estos son largos (de 6 a 18 meses) lo que dificulta enormemente la adherencia al tratamiento. La llegada de tratamientos más cortos, como los que duran cuatro meses, es un avance revolucionario, pero sigue siendo demasiado extenso para una infección.
La problemática se agrava por la escasez de pruebas diagnósticas efectivas, especialmente en niños, donde sólo logramos diagnosticar entre el 10 y 20% de los casos con las mejores pruebas disponibles. En contraste, pruebas rápidas para enfermedades como el VIH o la malaria son ampliamente accesibles, lo que pone de relieve el alarmante atraso en el diagnóstico de la tuberculosis.
Además, la situación se complica aún más por los recortes en cooperación internacional. La reducción de financiación de grandes actores como Estados Unidos o Reino Unido pone en riesgo los programas de salud esenciales en países con alta carga de tuberculosis. "Este año puede haber tratamiento asegurado, pero muchos países no cuentan con garantías de financiación para los próximos años", advierte Martínez-García. Como resultado, se prevé un aumento en los casos y las muertes evitables.
La tuberculosis también sirve como un termómetro social que mide las condiciones de vida. Martínez-García alerta sobre la conexión directa entre la patología y la pobreza estructural: "Si hay un aumento en los casos de tuberculosis, es porque las condiciones de vida están empeorando. Es nuestro canario en la mina", subraya. Cualquier disminución en los servicios básicos de salud, nutrición o vacunación repercute directamente en un incremento de los casos activos, lo que provoca una alarma sanitaria que no se puede ignorar. ¡Es hora de actuar y no perder esta batalla olvidada!
En conclusión, la tuberculosis en niños es un problema crítico que merece atención urgente. Necesitamos unir fuerzas, aumentar la financiación y mejorar el acceso al tratamiento para garantizar un futuro más saludable para las generaciones más vulnerables.