El sedentarismo se ha convertido en una de las principales amenazas para nuestra salud, comparándose incluso con el peligro que representa el tabaco. La falta de actividad física no solo contribuye a la obesidad, sino que también está vinculada a enfermedades cardiovasculares, diabetes y diversos tipos de cáncer. Un triste dato: se estima que el sedentarismo es responsable de alrededor del 5,5% de las muertes a nivel mundial, lo que equivale a aproximadamente 32 millones de defunciones al año, según la OMS.

Este fenómeno tan preocupante surge de nuestra vida moderna, donde pasamos horas sentados en la oficina o en casa, aumentando así los riesgos asociados a la inactividad. La Organización Mundial de la Salud recomienda dedicar entre 150 y 300 minutos a la actividad física moderada a la semana, lo que se traduce en aproximadamente 30 a 40 minutos todos los días.

Realizar ejercicio regular puede reducir el riesgo de mortalidad en un 5%, según explica el doctor Vicente Mera, experto en antienvejecimiento. Un estudio de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte analizó a más de 44,000 personas y encontró que aquellos que no realizaban ejercicio tenían un mayor riesgo de muerte a largo plazo.

Algunos de los beneficios de simplemente moverte incluyen la mejora de la salud del corazón, la regulación de la presión arterial y el control de los niveles de azúcar y colesterol en sangre. Esto es crucial, especialmente considerando que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España, según estadísticas recientes.

Las opciones para mantenerse activo no requieren convertirse en un atleta profesional. Actividades simples como caminar a un buen ritmo pueden ser efectivas. Además de caminar, aquí hay otras sugerencias:

1. Bailar

Una forma divertida de mantenerse en forma, que también ayuda a mejorar la conexión con tu cuerpo y a reducir el estrés.

2. Correr

Una forma excelente de aumentar la capacidad cardiovascular, siempre que te sientas cómodo haciéndolo.

3. Montar en bicicleta

Beneficioso tanto para la salud física como para el cuidado del medio ambiente.

4. Yoga

Aumenta la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza, aportando beneficios también a la salud mental.

En definitiva, el mensaje es claro: ¡muévete! Dedicar al menos 30 minutos diarios a la actividad física puede marcar una gran diferencia y nuestras mentes, así como nuestros cuerpos, se lo agradecerán. No olvides aprovechar cada oportunidad para activarte, ya sea usando las escaleras o simplemente levantándote para estirarte durante el día. La clave está en hacer del movimiento parte de tu rutina diaria.