Recientemente, Renfe ha anunciado que el costo de una avería en los trenes Avril asciende a un millón de euros, un hecho que ha intensificado las tensiones entre la compañía de ferrocarriles y el fabricante Talgo. Durante una rueda de prensa en la Consejería de Territorio de la Generalitat catalana, se presentó un plan de medidas urgentes para Rodalies, revelando que esta avería ha afectado a la operativa de Renfe, obligando a cancelar 28 trayectos y afectando a más de 14,000 pasajeros. Este es solo el último capítulo de una saga llena de dificultades que han plagado a estos nuevos trenes desde su entrada en circulación.

El dirigente de Renfe, que ha expresado una gran preocupación por este impacto económico, subrayó que la compañía está considerando la posibilidad de exigir responsabilidades a Talgo por los daños y perjuicios ocasionados por esta reciente avería. "Analizaremos la situación en el contexto de la complicada relación que tenemos con Talgo; la incidencia está resuelta, pero estamos atentos a otros elementos que podrían llevar a más penalizaciones", afirmó.

La avería, que se produjo en un momento crítico, exigió una activación rápida de un plan de contingencia que permitió mantener la movilidad de los viajeros a pesar de la falta de 23 trenes en circulación. Según las declaraciones de Talgo, la incidencia fue posteriormente solucionada, atribuyendo el problema a un fallo relacionado con el cambio de año en los sistemas de comunicación.

Sin embargo, las relaciones entre Renfe y Talgo atraviesan un periodo tenso. Desde el retraso en la entrega de los trenes Avril, que debería haberse completado en enero de 2021 y que ahora se prevé finalice en abril de 2024, hasta las múltiples incidencias registradas desde su puesta en marcha, ambos actores continúan en una lucha constante. La empresa pública había planeado imponer una sanción de 166 millones a Talgo debido a estos retrasos, de los cuales ya se han notificado 116 millones. Talgo, por su parte, se ha mostrado resistente a pagar estas multas.

Además, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ya había advertido de más reclamaciones por las averías sufridas en estos nuevos convoyes en sus primeros meses de funcionamiento, y esta última avería podría ser el catalizador para una exigencia aún mayor de responsabilidades. Mientras tanto, los pasajeros siguen esperando que las cosas mejoren y que los trenes Avril finalmente funcionen como se prometió. ¿Qué pasará en el futuro entre Renfe y Talgo? La respuesta está aún por verse, pero los usuarios de los trenes siguen siendo los afectados en esta acalorada disputa.