Las oficinas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) han sido gravemente afectadas tras una incursión israelí en el campo de refugiados de Nur Shams, en Cisjordania. Según la agencia de noticias palestina WAFA, excavadoras militares israelíes han demolido parcialmente el edificio principal, mientras que un espacio temporal adyacente ha quedado totalmente destruido, cubierto de tierra y con el tejado completamente colapsado.

El ejército israelí, por otro lado, ha desmentido haber causado daños directos a las instalaciones de la UNRWA. En su versión, afirma que grupos militantes habían colocado explosivos en las cercanías y que la explosión, destinada a atacar a las tropas israelíes, fue la que provocó los daños en el edificio.

La comunidad internacional observa con preocupación, ya que la causa original de los daños no ha podido ser verificada de manera independiente. Sin embargo, la situación parece reflejar un patrón común en las recientes operaciones israelíes que han resultado en demoliciones de hogares y estructuras palestinas en la región. Este ataque cobra mayor relevancia tras la reciente aprobación en el parlamento israelí de leyes que limitan significativamente las operaciones de la UNRWA, lo que podría agravar la crisis humanitaria en los territorios palestinos.

La Ley, que entrará en vigor en tres meses, marca un punto de inflexión en las relaciones entre Israel y UNRWA. David Mencer, portavoz del Gobierno israelí, no escatimó palabras al declarar: "UNRWA es parte del pasado, parte del problema. Sus miembros han participado en atrocidades y es hora de que la comunidad internacional actúe para ayudar a los palestinos de forma efectiva". Además, prometió que la asistencia humanitaria continuará en Gaza, aunque bajo una nueva coordinación con diferentes organizaciones y agencias de la ONU.

A pesar de estos desafíos, múltiples agencias de la ONU han reafirmado su apoyo a la UNRWA, considerándola fundamental para las operaciones de asistencia en Gaza y otras áreas palestinas. Mientras tanto, la tensión entre Israel y Palestina sigue aumentando, y muchos temen por el futuro de los refugiados palestinos en una situación cada vez más precaria.