La tensión se palpita en el Santiago Bernabéu, donde la afición busca desesperadamente a los culpables de la crisis que atraviesa el Real Madrid. Los dedos empiezan a señalar a Carlo Ancelotti, quien se ha convertido en el blanco fácil de las críticas. Las miradas más atrevidas se dirigen hacia el palco, donde se cuestiona la falta de decisiones acertadas en el mercado de fichajes. Pero los jugadores también son objeto de escrutinio, especialmente aquellos que, por su estatus de estrella, se espera que carguen con el peso del equipo en estos tiempos difíciles. Uno de los nombres que más dudas genera es Kylian Mbappé, quien está lejos de cumplir las expectativas que despertó tras su fichaje el pasado verano.

El rendimiento del delantero francés ha generado un ambiente de incertidumbre. Aunque recibe aplausos cada vez que intenta una buena jugada, los murmullos de descontento crecen entre la afición. A medida que la falta de goles se prolonga, la paciencia de los aficionados se agota, un sentimiento que se extiende al resto del equipo.

Mbappé ha estado generando oportunidades, frecuentemente por sus propios esfuerzos, pero la frustración se incrementa porque el balón no entra. Las estadísticas de Opta en LaLiga muestran un panorama desalentador: si bien su número de disparos ha aumentado en comparación con su última temporada en el PSG, su porcentaje de eficacia se ha desplomado. Este año, su porcentaje de acierto es del 9%, en comparación con más del 21% la temporada anterior. Esto es alarmante dado que en su última campaña en París anotó 44 goles en 48 partidos, mientras que esta temporada apenas suma ocho en 15 encuentros.

Comparando sus cifras con otros grandes delanteros europeos, la situación es igualmente desalentadora. Robert Lewandowski lidera la tabla de eficacia con un impresionante 37.5%. Por su parte, otros destacados como Harry Kane y Erling Haaland también superan a Mbappé, lo que pone de relieve una preocupante tendencia en su rendimiento ofensivo.

Sin embargo, lo que más se critica en las gradas y en el vestuario no son solo sus fallos en el ataque, sino también su falta de compromiso defensivo. Aunque Ancelotti no le pide que retroceda a cada jugada, la realidad es que su poco esfuerzo en la recuperación deja al equipo expuesto a situaciones difíciles. En el último Clásico, corrió apenas ocho kilómetros, mientras que sus compañeros alcanzaron hasta 12. Este aspecto no ha pasado desapercibido y el entrenador busca maneras de involucrarlo más en el esfuerzo colectivo.

La situación se complica con rumores sobre su estado físico, tensiones con la selección francesa y el ruido extradeportivo. A pesar de que muchos le brindan un voto de confianza, la urgencia por una reacción inmediata es palpable. Los fanáticos y el club esperan que Mbappé recupere su mejor versión para ayudar al equipo a salir de esta crisis lo antes posible. ¿Logrará el astro francés revertir la situación y cumplir con las expectativas? La respuesta a esta incógnita podría definir su futuro en el club.