El PSOE se encuentra cada vez más aislado en su decisión de abordar con calma la creación de un nuevo decreto ómnibus. A pesar de la presión férrea de casi todo el arco parlamentario del Congreso de los Diputados —exceptuando Vox—, que exige al PSOE la aprobación urgente de nuevos decretos sociales, la imagen de debilidad evidenciada en la votación del pasado miércoles ha dejado al Gobierno en una posición precaria.

Sumar ha decidido seguir la estrategia del PSOE, responsabilizando a los partidos de la oposición por la caída del Real Decreto ómnibus, un compendio de medidas que abarca desde la revalorización de pensiones hasta estrategias polémicas como la cesión de un palacete al PNV. Han instado, con urgencia, a los socialistas a "no perder ni un minuto más" y a recuperar las medidas sociales mediante nuevos decretos.

No obstante, Sumar se enfrenta a una contradicción. Reconociendo implícitamente el error de presentar un decreto ómnibus, que dificulta la formación de una mayoría parlamentaria, no ha aclarado si optará por separar las medidas o, de nuevo, por presentarlas conjuntamente, lo que podría llevarles a otro revés parlamentario.

Esta indecisión contrasta con la postura más clara de Podemos. Los morados defienden la presentación de un único decreto que contenga las medidas sociales más esenciales, con el fin de evitar que temas clave como la prohibición de desahucios sean rechazados por la oposición. Asimismo, han criticado fuertemente la estrategia de Pedro Sánchez, acusándole de llevar a cabo ataques directos contra los partidos de la oposición en función de cálculos electorales, en lugar de enfocarse en proteger las políticas sociales que el Gobierno había prometido.

En ERC, la propuesta es votar nuevos decretos de forma separada, con el argumento de que así "todo el mundo quede retratado". Esta decisión no solo es ideológica, sino que se conecta a una estrategia política más amplia que busca distanciarse de Junts. Tanto los republicanos de Oriol Junqueras como los de Carles Puigdemont no solo se enfrentan en el Congreso, sino que están envueltos en una lucha interna por el liderazgo en el independentismo catalán, algo fundamental en un momento donde su unidad es crucial para el futuro político de Cataluña.

El escenario actual evidencia la fragilidad del Gobierno y la creciente presión de sus aliados, quienes se ven obligados a responder rápidamente para evitar que su imagen y su agenda social se desplomen. ¿Qué medidas tomarán en las próximas horas? La incertidumbre es